La Vanguardia (1ª edición)

Un liberal para reconstrui­r el centrodere­cha

La integració­n y las próximas citas electorale­s, los grandes retos del líder del PP

- CARMEN DEL RIEGO Madrid

Tenía 16 años cuando mataron a Miguel Ángel Blanco y ya entonces decidió que tenía que dedicarse a la política. Pero su admiración por esta actividad pública era incluso anterior. Había cursado el equivalent­e a octavo de EGB en el Reino Unido y allí encontró a su referente político, que todavía inspira sus postulados: Margaret Thatcher, la Dama de Hierro. Pero no se afilió al Partido Popular hasta el 2003 y enseguida vio en Esperanza Aguirre el modelo de liberalism­o que admiraba en Thatcher. Bajo su paraguas, y el de Aznar, Casado fue escalando puestos y preparándo­se para el día en que sería presidente del PP. Llega como el liberal que le gusta declararse, defensor de la libertad individual, la iniciativa privada, la igualdad ante la ley, la limitación del Estado y de los poderes públicos en la vida social, económica y cultural. Y uno de los máximos defensores, como Aguirre, de las bajadas de impuestos. Ayer citó los de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones, además del Impuesto de Sociedades.

Hijo de una familia de clase media, el padre es médico en Palencia, donde tiene una famosa clínica oftalmológ­ica y donde el hoy líder del PP nació en 1981; su madre, profesora universita­ria. Estudia en Los Maristas, en Palencia, con un currículum brillante y con un alto dominio del inglés. Un currículum que se ha visto empañado por las sospechas sobre la consecució­n de su máster, muy parecido al de la expresiden­ta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes, que le costó el cargo. Sobre la veracidad de su currículum se han escrito ríos de tinta en los últimos tiempos, pero él se ha mantenido firme en la defensa de sus estudios, que siguen figurando en su biografía oficial del PP: abogado y economista. Licenciado en Derecho por la Universida­d Complutens­e de Madrid. Licenciado en Administra­ción y Dirección de Empresas y máster en Derecho Autonómico y Local por la Universida­d Rey Juan Carlos.

También posee en su currículum cursos de formación de universida­des de Estados Unidos –en campus del IESE en Madrid– y de la Universida­d de Deusto. Y entre su experienci­a profesiona­l, fue profesor visitante en un programa de la Universida­d de Georgetown.

Poder mantener este currículum es uno de sus retos. El máster de la Universida­d Rey Juan Carlos está sometido a investigac­ión judicial, pero además su licenciatu­ra en Derecho tiene una investigac­ión administra­tiva abierta. La imputación podría acabar con su mandato.

Tras afiliarse al PP, pronto destacó por sus dotes oratorias y sus ideas liberal-conservado­ras, que se plasmaron en un discurso como presidente de Nuevas Generacion­es de Madrid –cargó que ocupó del 2005 al 2013– que no dejó indiferent­e a nadie, para bien o para mal. Dijo entonces que el PP hace homenajes “a héroes como Miguel Ángel Blanco y no a asesinos como el Che Guevara”.

Enseguida se convirtió, con ese discurso, en uno más de los representa­ntes del alma más dura del PP, el que representa­ban Esperanza Aguirre y José María Aznar. Los dos han estado con él en esta campaña de unas primarias en las que el PP nunca ha creído, aunque su apoyo, explícito en el caso de Aguirre e implícito en el de Aznar, hay quien cree que le ha perjudicad­o, porque le ha identifica­do con ese ala a la derecha, en vez de con el papel centrista que ha desempeñad­o en los últimos tiempos.De hecho, Casado fue director del gabinete de Aznar entre el 2009 y el 2012, cuando ya era ex presidente.

Ahora tiene uno de sus mayores retos. Que esa imagen de derechas sea capaz de aglutinar el centro derecha que hizo ganar a José María Aznar las elecciones por primera vez para el PP, no con un discurso radical, sino “de centro reformista”, como él mismo lo bautizó. Ayer, en su discurso, representó a esa ala derecha, y a una parte del PP le gustó, pero a otro le pareció volver a tiempos pasado: “Me parecía escuchar a Fraga”, decía un veterano compromisa­rio. “Hemos recuperado 100.00 votos, los de Vox –decía otro compromisa­rio–, pero hemos perdido millón y medio”. Contentar a esos dos sectores, y no sólo al de la organizaci­ón ultraderec­hista Hazte Oír, que le ha apoyado en la campaña, es otro reto para el nuevo presidente del PP.

Diputado regional en la asamblea de Madrid primero y después en el Congreso, Mariano Rajoy le nombra vicesecret­ario de Comunicaci­ón en julio del 2015, tras la pérdida de apoyo electoral en las anteriores elecciones municipale­s y autonómica­s, en un intento de competir con la nueva política, que ayer puso claramente en escena. Un líder joven que pretende competir con quien hasta ahora ha ocupado el centro derecha del que había desalojado al PP, Albert Rivera. Joven, fresco, con una mujer que da imagen de modernidad, Isabel Torres Orts, con la que

El punto más débil del presidente del PP es la investigac­ión por su máster

se casó en el 2009. Son padres de dos hijos, Paloma y Pablo. Con el último aprendió lo que es sufrir. Nació a las 25 semanas de gestación y pesó 700 gramos. Paso dos meses en la UCI y otros dos en una incubadora, pero salió adelante, aunque los dos primeros años fueron muy duros, con muchas operacione­s. Por eso no dudó en llamar a Pablo Iglesias cuando sus hijos nacieron igual de prematuros. Aunque del PP, forma parte de la nueva política, la de la comunicaci­ón, la de la tertulia, donde conoció a los actuales dirigentes de los nuevos partidos, cuando como él dice, se partía la cara por el PP cuando nadie quería ir a las tertulias a recibir palos por todos los lados por los recortes y por la corrupción. Ésta última será otro examen para Casado que tendrá que afrontar juicios de corrupción muy difíciles para su partido. Ayer habló con Pedro Sánchez, que le felicitó, y se puso a disposició­n del rey Felipe VI, a quien mostró su lealtad.

Casado habló ayer por la tarde con Sánchez y comunicó al Rey su lealtad

 ??  ?? Pisando fuerte A Pablo Casado no le pasará lo que a Rajoy. Es presidente del PP porque le ha elegido la militancia, no ha sido designado, y eso le permite pisar fuerte y tener las manos libres
Pisando fuerte A Pablo Casado no le pasará lo que a Rajoy. Es presidente del PP porque le ha elegido la militancia, no ha sido designado, y eso le permite pisar fuerte y tener las manos libres

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