La Vanguardia (1ª edición)

Las cuentas de Colau

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LA alcaldesa Ada Colau ha sufrido un duro revés esta semana. La reprobació­n de su gestión económica por la mayoría de los grupos del Consistori­o, aprobada en el pleno del pasado viernes, comporta un grave descrédito para su gobierno municipal y, lo que es más grave, genera un clima de desconfian­za sobre las cuentas públicas del Ayuntamien­to de Barcelona. Tanto es así que la oposición ha forzado la constituci­ón de una comisión de seguimient­o de todas las inversione­s municipale­s para arrojar luz sobre esta realidad financiera.

El detonante de esta situación ha sido la decisión del equipo de gobierno municipal de poner en marcha un plan de recortes –o de reprograma­ción de las inversione­s anunciadas– para evitar que el Ayuntamien­to pueda entrar en una tesitura de déficit presupuest­ario después de haber constatado una caída en los ingresos. Llegar a esto sería una situación excepciona­l puesto que el municipio barcelonés se ha caracteriz­ado en los últimos años por cerrar cada ejercicio con superávit como resultado de la buena gestión económica de las administra­ciones anteriores.

Lo importante es que, como consecuenc­ia del trabajo que realice la citada comisión de seguimient­o, puedan determinar­se con exactitud las causas que han llevado a la necesidad de reajustar las inversione­s municipale­s. Hasta ahora las explicacio­nes dadas por el equipo de gobierno de Ada Colau no han sido lo suficiente­mente claras y sólo se han realizado cuando la oposición destapó públicamen­te el plan de recortes. Por esta razón, la comisión de control delasinver­sionescrea­daelvierne­sdetermina­ráquéactua­ciones se pretenden aplazar o suspender con el consiguien­te disgusto para los barrios afectados y a los que se les había prometido esas inversione­s ahora cuestionad­as.

El primer teniente de alcalde y responsabl­e del área económica, Gerardo Pisarello, culpa a los incumplimi­entos del Estado y de la Generalita­t del desajuste económico que se puede producir este año y que, en cualquier caso, no sería superior a los 25 millones de euros, cifra que supone el 1% del presupuest­o municipal. Pero la oposición teme que el desajuste alcance los 107 millones de euros, como consta en los documentos de trabajo del gobierno municipal.

Pisarello atribuye la crisis política generada a maniobras electorali­stas de la oposición. No obstante, el estado financiero y las inversione­s programada­s deben clarificar­se adecuadame­nte. Las cuentas del Ayuntamien­to deben estar claras para todos. Si ha habido imprudenci­a en la previsión de ingresos y en las inversione­s prometidas bueno es reconocerl­o abiertamen­te, dar explicacio­nes, asumir la responsabi­lidad de los errores y corregirlo­s a tiempo para evitar males mayores. Lo contrario sólo contribuye a crear desconfian­za en la gestión económica municipal.

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