Grandes éxitos entreamigos
Jorge Javier Vázquez y Marta Ribera estrenan en Barcelona su parodia de los famosos
Jorge Javier Vázquez reunió el viernes en Barcelona a muchos rostros conocidos en su estreno de
Grandes éxitos en el teatro Tívoli, pero sobre todo hizo lleno (“sold out”, como repite su alter ego en el musical) con una platea de entregados fans.
Arroparon al maestro de la telerrealidad la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que acudió con su madre y fue objeto de alguna de las ironías de Vázquez. Risto Mejide, su compañero en Got talent, llegó con su mujer, la influencer Laura Escanes. Risto y Vázquez han tenido sus diferencias, pero ahí estaba en su estreno, como estuvo en el de Madrid el pasado enero. El publicista y ácido crítico televisivo ya emitió su juicio sobre esta obra, “pero eso queda entre Jorge Javier y yo”. Le debió de gustar, porque acudieron, “para que la vea Laura”.
La cantante Mónica Naranjo, hace poco separada de Óscar Turruella, ex mosso d’esquadra y también su representante explicó que está “muy bien, preparando muchos proyectos, por eso no sé si voy a poder hacer OT”. Tras la obra, en que Vázquez canta su tema Desátame, la estrella elogiaba su “desparpajo”.
Apareció también el padre Apeles, retirado en Italia desde hace cuatro años. Es amigo de Vázquez desde que ambos trabajaron en la revista Pronto. La etapa mediática ya pasó para el sacerdote, con una depresión que trata de superar desde hace tiempo, pero que no descarta volver si le ofrecen “alguna tertulia interesante”. Justo Molinero y su esposa, que se confesaron fieles seguidores de Sálvame; la periodista Helena García Melero; las actrices Amparo Moreno, Merche Mar, Teresa Gimpera y Lita Claver,
la Maña; la coreógrafa Coco Comin y Pilar Eyre también arroparon al presentador y a sus compañeros de reparto, Marta Ribera, Alejandro Vera y Beatriz Ros. Por supuesto, no faltaron dos de las personas más importantes para Vázquez: su madre, la Mary –casi tan famosa como su hijo–, y una de sus dos hermanas, Ana, ambas felices de verle “en el papel que más ha deseado”, el de
actor. Y sobre todo, no faltó su público, como Josefa Burgos, de 72 años, que le sigue “desde que estaba con Ana Rosa”, que ha leído todos sus libros y a la que su caminador no impidió pasar por el photocall. “Todo lo que haga Jorge Javier lo quiero”, se emocionaba.
Patio de butacas salpicado de famosos y sus admiradores para ver un musical que parodia a los famosos: sus descomunales egos y afrentas, sus caídas en el olvido, la búsqueda del propio estilo... Vázquez hace de sí mismo (como en
La vida iba en serio) en su vertiente más endiosada. Se enfrenta a una cantante en horas bajas con quien no se habla desde hace años a cuentas de un tormentoso Sálvame. Una examiga con la que insiste en grabar un dúo en directo. Juan Carlos Rubio, el director, lleva las manías de Vázquez al límite; “el comportamiento del personaje es para darle de hostias”, decía el presentador y actor de un rol que “no tiene nada que ver conmigo”. Frente a Marta Ribera, con muchos musicales a sus espaldas (Cabaret, Chicago, Jekyll y Hyde, Annie, West Side Story), Vázquez se muestra desenvuelto. Continuos guiños a un público que le jalea y acompaña con palmas un repertorio ecléctico, con dirección musical de Julio Awad y coreografía de Federico Barrios: musicales, boleros, baladas, incluso las canciones de los payasos de la tele y temas para levantarse de la butaca y bailar. Grandes éxitos para que el público le eche un poco de alegría al cuerpo, para recuperar la amistad. Y los amigos aplaudieron a rabiar.
Numerosos famosos y fans llenaron el Tívoli para ver al presentador hacer de sí mismo en su vertiente más endiosada