Un buen hombre, un buen mosso d’esquadra
DOMÈNEC FAURA (1963-2018) Responsable de investigación de la Divisió d’Afers Interns de la policía catalana
La noticia del fallecimiento en un accidente de montaña del inspector de los Mossos d’Esquadra Domènec Faura golpeó con un intenso dolor a los policías que le conocieron y con los que compartió vivencias en los últimos años. Pasaron dos semanas hasta que la familia, la mujer, sus dos hijos y su padre pudieron recuperar su cuerpo y despedirse esta semana en una ceremonia en la que amigos, muchísimos policías y los montañeros con los que compartió su pasión desmedida por la naturaleza le homenajearon como él merecía. Con sencillez y respeto. El viernes al mediodía el tanatorio de l’Hospitalet se quedó pequeño.
Domènec Faura estaba disfrutando de una expedición en el Mont Perdu, en el Pirineo francés, cuando sufrió un accidente. Su compañero se perdió y tardó casi un día en llegar hasta el refugio de Tuquerouye para pedir ayuda. Cuando los servicios de emergencia de la Compañía Republicana de Seguridad localizaron al inspector, ya no pudieron hacer nada por su vida. Durante estas dos semanas, distintas trabas burocráticas entre partidos judiciales franceses retrasaron su repatriación.
A partir de las cartas que en su despedida leyeron sus hijos, descubrimos que Domènec Faura fue carpintero antes que policía. Llegó a abrir su propio taller y allí desarrolló esa tenacidad, paciencia, humildad, y amor por las cosas sencillas que después pondría en práctica en sus años de policía. Entró en los Mossos d’Esquadra en la cuarta promoción. Inició su trayectoria en el Àrea de Selecció i Seguiments, y fue durante años el responsable del Àrea d’Instructors de l’Escola de Policia de Catalunya. Durante la fase de despliegue de la policía catalana en Barcelona le tocó liderar la llegada a El Prat de Llobregat, que no era una plaza sencilla en aquellos años. Para él fue una de sus mejores etapas en la policía, y en esa comisaría su huella y su recuerdo siguen muy vivos. Hace poco, con los cambios al frente de la Divisió d’Afers Interns, la DAI, se le encargó la dirección de la unidad de investigación. Una tarea compleja porque se trata de investigar la actuación de los compañeros. Aun con la dificultad de la nueva tarea, Faura logró en estos meses mantener ese carácter afable con todo el mundo, y eso que de siempre casi todos los policías de asuntos internos se han caracterizado por mantener una cierta distancia del resto, por si algún día se ven en el mal trago de tenerles que investigar.
Domènec Faura, como el viernes recordaba su mujer, se fue demasiado rápido y de manera injusta, con un montón de cosas por disfrutar, por compartir y por hacer. Pero lo hizo en el lugar que más quería, además de su casa con su familia, las montañas. Desde hacía unos años se había convertido en un apasionado de la naturaleza y aprovechaba cualquier momento para alcanzar nuevos retos y coronar altas cimas. Su hija, su querida niña, se casaba unos días después de la escapada al Pirineo francés y el orgulloso padre casi tenía lista la carta que le iba a leer en la ceremonia. Estaba inmensamente feliz. Su hijo le había anunciado que quería seguir sus pasos y ser policía de Catalunya, ser mosso d’esquadra, pero sobretodo ser una buena persona. Como su padre.