Seducción en Peralada
Carla Bruni expone su ‘French touch’ ante más de 1.500 espectadores en el festival
Pese a que la música popular no juega un rol central en la programación del Festival Castell de Peralada, el ciclo no renuncia a ésta en su cartel. Tras las comparecencias de Joan Manuel Serrat el pasado día 6 de julio, y de un inspirado Rufus Wainwright la noche siguiente, ayer sábado tomó el relevo de la antorcha pop en Peralada Carla Bruni, figura de gran atractivo por su doble condición de cantante y celebridad.
Aunque lleva largos años inmersa en el mundo de la música, su popularidad como intérprete se vio incrementada hace justo una década, cuando se casó con el entonces presidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy. Exmodelo, exprimera dama, actriz ocasional (ha participado entre otras producciones en Medianoche en París, de Woody Allen), y cantautora con cinco álbumes en su haber, Carla Bruni vive rodeada por un aura de glamour que resulta arrebatador para amplias capas de público, entre ellos muchos melómanos, pero también gentes que no son exactamente eso.
A su paso por el Festival de Peralada anoche, convocó a más de 1.500 espectadores, según fuentes de la organización. Entre los presentes no estaba esta vez Nicolas Sarkozy, pese a que no es del todo excepcional que acuda a los compromisos musicales de su esposa. El exmandatario francés sí acompañó a Bruni en el concierto que ésta ofreció en Barcelona en el 2014. En la lista de invitados de la cita de ayer figuraban los nombres de Miquel Roca Junyent, el exconseller Santi Vila, el secretario general de UGT de Catalunya Camil Ros, o los televisivos Risto Mejide y Manel Fuentes. Carla Bruni compareció acompañada de un cuarteto integrado por Taofik Farah a la guitarra, Johanne Mathaly al violoncelo y el bajo, Cyril Barbessol tocando teclados, piano y acordeón, y Xavier Sánchez a la batería. Dio inicio a su concierto en el festival con una interpretación elegantemente contrapuntada por el chelo de Le chemin des rivières, tema publicado por Julien Clerc en el 2014, y con letra de la propia Bruni. “Buenas noches, estamos muy contentos y honrados de compartir estas canciones con ustedes hoy”, dijo a modo de saludo, dirigiéndose a la audiencia en francés e inglés.
Tras el tema de arranque, la intérprete atacó en inglés el original de Willie Nelson Crazy .El mismo Nelson acompañó a Carla Bruni en la grabación de este tema en el álbum French touch (2017), la última entrega discográfica de la artista franco-italiana hasta la fecha, que contiene versiones de grandes hits del pop-rock anglosajón. Es el caso, también, del famoso Jimmy Jazz de los Clash, que ocupaba el tercer puesto en el repertorio de anoche. A renglón seguido, Bruni recurrió a un estándar del calibre de Moon River. Y tras un paso por el cancionero de Depeche Mode (Enjoy the silence), trajo a la memoria al gran Charles Trenet interpretando en italiano Dolce Francia.
Vestida de oscuro, Carla Bruni desplegó en este rincón de l’Alt Empordà un toque seductor, cuyo encanto se sitúa más allá de unas aptitudes vocales que, sin ser extraordinarias, la cantante administra con gran sabiduría. Envuelta en un permanente halo de serenidad, fue tejiendo sutilezas a medida que avanzaban los minutos.
Carla Bruni siguió el concierto con nuevos temas propios como J’arrive a toi o Quelqu’un m’a dit, canción que dio título a su primer disco, además de incursiones en French touch como Highway to hell, de AC/DC, o un Miss you de los Rolling Stones con cierto aire rumbero. Ya en los bises, interpretó con la sola compañía de su pianista un tema de reciente escritura, Un garçon triste.
Envuelta en un halo de serenidad, la cantante deleitó a los asistentes tejiendo sutilezas