“El problema de España es de base”
Iván Pérez, exwaterpolista, cuatro veces olímpico
Genio y figura, Iván Pérez (La Habana, 1971) es de esos personajes populares que tardan una eternidad en cruzar una zona de público, por querido y reclamado: se paran a cada paso saludando a amigos, conocidos y admiradores. Para todos tiene una palabra amable. Seis años después de retirarse del waterpolo, tras 32 como jugador (1980-2012), el exboya internacional sigue siendo un icono y una voz autorizada siempre interesante de escuchar.
¿Qué es de su vida?
Cuando me retiré (2012) estuve trabajando dos años de seleccionador con Venezuela, ganamos los Juegos Sudamericanos. Luego trabajé en Sabadell, y después me fui al Egara de Terrassa, donde vivo y hago entrenamientos personales y clases de natación. Con el waterpolo me salen más cosas fuera que en España... Me gustaría que me saliera algo aquí, pero visto lo visto, nada...
¿El nombre de Iván Pérez no basta para abrir puertas?
No sé qué pasa. Hay más gente que no ha hecho nada y está arriba. Se pensarán que les voy a pedir… no sé. No lo entiendo.
Ha sido embajador del torneo infantil Habawaba. ¿Qué le gustaría hacer en el waterpolo?
A mí me gusta el waterpolo, sea lo que sea. Estar en un despacho, no; estar en una piscina.
En las Picornell, como espectador privilegiado, ¿cómo ve a la selección actual? ¿Tiene opciones?
Creo que David (Martín) está haciendo un buen trabajo, ha apostado por mucha juventud. Hay que darle tiempo. Pero estamos flojos en algunas cosillas que se deberían mejorar. No el juego, en general, porque es bueno y están compenetrados. Pero por ejemplo la posición de boya... No es que Roger Tahull lo haga mal. Pero es muy joven. En mi época se reunieron cinco de los mejores boyas que ha tenido España: Jordi Sans, Chava Gómez, Sánchez Toril, Xavi Vallès y yo.
¿Qué le falta a esta selección?
Es demasiado joven. Debería haber unos veteranos que guíen a los jóvenes. Lo aprendí de Toni Esteller.
Los hay: López Pinedo, Perrone,
Más o menos. Pero cada equipo es un mundo...
¿Qué echa en falta a este waterpolo? ¿Es mejor o peor que el de su época?
Quizás ahora es un waterpolo un poco más físico, pero mejor que nuestro waterpolo no es. Hay jugadores de calidad y alguna individualidad, pero no hay tanta diferencia.
Usted estaba en la última selección que se colgó una medalla, en Roma 2009. ¿A qué atribuye estos 9 años de sequía?
Es un problema que viene de muy abajo. La selección se nutre de los clubs. David Martín tiene a los jugadores sólo un mes para prepararlos. Los clubs deben trabajar la base, y si no la trabajan se traduce en esto.
Los últimos seleccionadores lamentaban que a los jugadores les faltaba experiencia internacional, con la excepción de los del Barceloneta...
Y ni así. No es que tengan poco bagaje, sino que el trabajo de la base debería ser de mayor calidad. Pero es comprensible: los clubs quieren ganar ya, ahora, y no se preocupan de preparar a los jóvenes para el futuro. Es un trabajo de base. El Barceloneta la está trabajando más, pero es sólo un club. ¿Qué hacen en los otros, las territoriales?
El waterpolo español no ha crecido esta década tras los éxitos de los 90 y los 2000. ¿Por qué?
… (Pérez pasa pregunta)
¿Falta una figura carismática, tipo Messi, que atraiga?
Las hay. Ahí tenemos a Felipe (Perrone). Es un cúmulo de cosas que necesitamos. No soy el más indicado para opinar de esto. Si la FINA tiene esta legislación, no soy nadie para criticarla.
¿Es beneficioso?
¿Por qué no? Pero a lo mejor habría que poner un límite en el número de cambios de país, o esperar más tiempo para poder cambiar de nacionalidad, no sólo un año sin poder jugar con una selección… Si no, esto es un cachondeo.
El futuro del apellido Pérez está asegurado con Ernesto y Lucía.
Ernesto tiene 19 años y este año irá a jugar al Rubí. Es boya, como yo. Lo único que le digo es que se divierta y que los agravios comparativos los olvide. Va a tener la presión como la tuve yo con mi padre, que fue tres veces olímpico (por Cuba). Y mi hija, Lucía, de 17 años, juega en el juvenil del CN Terrassa. Mide 1,81 y es una muy buena defensa.