Bruno Hortelano
ATLETA
Casi dos años después del accidente de tráfico que estuvo a punto de costarle tres dedos de la mano derecha, Bruno Hortelano (26) se superó a sí mismo al batir su récord de España: marcó 20s04, ya en la frontera de los 20 segundos.
La gente de la estadística acostumbra a repasar esta lista: ¿Cuántos atletas blancos han roto alguna vez la barrera de los 20 segundos en los 200 metros? Salen cinco. Mennea, Lemaitre, Kenteris, Guliyev y Urbas. Salvo el último, Urbas, los otros cuatro han hecho cosas muy importantes. Han tenido el récord del mundo. O han ganado un oro olímpico. O un título mundial. O europeo...
Bruno Hortelano (26) no les mira a ellos, a todos esos velocistas blancos. No mira a nadie. Se mira a sí mismo.
Ayer rompió a llorar en Getafe. Lo hizo a media mañana, tras la semifinal de los 200 m en el Campeonato de España. Acababa de firmar 20s04. Se había asomado a la barrera de los veinte segundos. Tuvo un flashback. Se vio a sí mismo hace casi dos años. Aquel amanecer oscuro en Madrid, aquel accidente que casi le cuesta tres dedos de la mano derecha y que le ha tenido un año y medio fuera de escena. ¿Cuánto ha sufrido Hortelano desde entonces?
–Hasta ahora, no me he recuperado hasta ahora –dijo ayer, ya por la tarde, tras adjudicarse el título (20s15), aunque sin un nuevo récord–. Con la marca de la mañana (el 20s04), he conseguido superar definitivamente aquel accidente. Desde luego, este ha sido un momento clave en mi vida.
Alberto Armas corroboró la versión. Es el representante de Hortelano. Atendiendo por teléfono a este diario, Armas contó que Hortelano se había derrumbado a mediodía.
–Ha notado la carga emocional, desde luego –dijo Armas.
Dijo que el llanto de Hortelano se había prolongado por un buen rato.
–Por la tarde, tras la siesta y antes de la final, rompió a llorar otra vez... –¿Y a qué se debe? –Hortelano se había marcado una misión: hasta que no batiera su récord de España no habría acabado su trabajo. –¿Y ahora? ¿Bajará de los 20s? –Desde luego, está para hacerlo. Podía haberlo hecho en la semifinal. Lo que pasa es que no estaba previsto aún.
Armas contaba que la semifinal había sido algo así como un test sobre 150 m. De hecho, todo el Campeonato de España ha sido un campo de pruebas.
–Hortelano esperaba una invitación de la Diamond League para Mónaco (el viernes) o para Londres (ayer). No llegó ninguna, así que se planteó la cita de Getafe como un ejercicio de volumen de calidad...
Un entrenamiento de dos días. El sábado, en la primera ronda, una prueba de cincuenta metros muy fuertes en curva (registró 20s59). Ayer, un 150 en las semifinales (salió el récord). Los últimos cincuenta metros se relajó.
–Y a partir de ahí, a ver cómo se recuperaba para la final. Pero la carga emocional... –¿Y cómo se vio él? –Le ofrezco un dato indicativo. Tras cruzar la meta en la final y mirar el crono, Hortelano pensó: ‘Vaya, apenas 20s15’. ¿Y sabe qué me dijo luego? ‘Cuando un 20s15 te parece poco, es que estás muy bien...’. –¿Tiene margen? –Se lo aseguro. Podremos comprobarlo en Berlín.
En Berlín, en dos semanas, Hortelano defiende su título europeo de hace dos años. ¡Aquel verano! El verano en el que vivió de todo. Su irrupción en la escena internacional. Su título europeo en los 200 m. Sus semifinales en los Juegos de Río, cuando dejó atrás a Yohann Blake y le plantó cara a Justin Gatlin. Y luego, el accidente de tráfico, cuando conducía su primo y él iba de copiloto...
¡Cuántas dudas, entonces! ¿Podría apoyar la mano derecha para tomar la posición de salida? ¿Podría abrir la mano al correr? ¿Podría levantar pesas en el gimnasio?
–Desde el principio dije que pensaba volver al 110%. Pero una cosa es soñarlo y otra hacerlo –dijo Hortelano ayer, ante los micrófonos–. Yo sólo espero que lo que he logrado hoy inspire a muchos. Que todos entiendan que, si se cree, las cosas se pueden conseguir.