Israel rescata a un contingente de cascos blancos sirios y sus familias
Trump pidió a Netanyahu que ayudara a los voluntarios ante el avance de El Asad
En un inaudito tuit, el ejército israelí anunció ayer por la mañana que había lanzado un “esfuerzo humanitario no habitual” para salvar in extremis a voluntarios civiles sirios, integrantes de la organización cascos blancos, que llevan años hurgando en los escombros de la cruenta guerra civil en Siria para intentar salvar vidas.
Israel, que mantiene una postura oficial de no intervenir en el devenir del conflicto sirio –pese a que sí realizó numerosos bombardeos aéreos contra posiciones iraníes y del régimen de El Asad–, aprobó el transporte de unos 800 miembros de la oenegé siria y sus familias, que cruzaron hacia los Altos del Golán, controlados por Israel, desde el paso fronterizo de Quneitra. El Tsahal anunció que aprobó la inusual operación debido a que “las vidas de los civiles corrían un riesgo inmediato”.
El rotativo alemán Bild informó que la noche del sábado fueron vistos decenas de autobuses cruzando desde Siria hacia territorio israelí, y que fueron escoltados por la policía hebrea y fuerzas de la ONU hasta llegar a Jordania. El reino jordano, que tras recibir a cientos de miles de refugiados sirios por su frontera norte decidió en los últimos tiempos frenar la llegada de más desplazados, aceptó hacer una excepción en este caso. A finales de octubre los evacuados en la operación de emergencia serán reubicados en el Reino Unido, Canadá y Alemania.
Según afirmó ayer el primer ministro israelí, Benamin Netanyahu, el presidente norteamericano, Donald Trump, le pidió directamente que ayudara a los cascos blancos sirios, que quedaron atrapados en la última zona bajo control rebelde en las montañas fronterizas con Israel. Al parecer, Netanyahu intenta lograr una fórmula según la cual Israel aceptará, a petición de Rusia, que las tropas de El Asad retomen el control de la zona fronteriza junto a los Altos del Golán –como ocurría antes del inicio de la guerra civil siria en el 2011– a cambio de que alejen a las tropas y milicias iraníes, que cada vez tienen más presencia a escasos kilómetros de la frontera con Israel.
Mientras que testigos desde el lado israelí confirmaron que había muchos niños en la expedición, y que varios recibieron atención médica al pisar suelo israelí, en la televisión oficial siria considerasirios ban un “escándalo” que los cascos blancos sean salvados con mediación hebrea, y que a “los terroristas ya no les queda opción alguna”.
En los últimos años, debido al recrudecimiento del conflicto civil sirio, cuyas batallas pueden observarse con claridad desde los montículos en el lado israelí de la frontera, el ejército hebreo ha llevado a cabo numerosas campañas de ayuda humanitaria para intentar paliar el drama de los miles de concentrados en el área fronteriza, privados de alimentos, primeros auxilios médicos y ropa de abrigo. Miles de sirios han sido tratados en hospitales de campaña levantados junto a la frontera, así como en hospitales públicos del norte de Israel. Como parte de la operación Buena Vecindad, más de 600 niños, acompañados de sus madres o tías, fueron tratados en centros médicos como el de Nahariya, donde contaron que en ocasiones los niños eran entregados enrollados en alfombras y pasados bajo la alambrada, ya que sus familiares temían acompañarlos en territorio israelí por posibles represalias a su regreso.
La ministra de Exteriores de
El Reino Unido, Canadá y Alemania serán el destino final de las cerca de 800 personas salvadas
Canadá afirmó que su país, junto a Alemania y Reino Unido, “ha llevado a cabo una campaña internacional para garantizar la seguridad de los cascos blancos y de sus familias”. La organización humanitaria, que recibió apoyo logístico y financiero de EE.UU. y otras potencias occidentales, tenía grandes posibilidades de ser blanco de los bombardeos del régimen sirio en su campaña por retomar el sureste del país.
Fundada en el 2013, la oenegé se constituyó como una red de voluntarios de primeros auxilios que acudían de inmediato a las zonas bombardeadas en territorio bajo control de los grupos rebeldes. Debido a su labor, se vieron atrapados en numerosas ocasiones en fuego cruzado entre los distintos bandos que combaten en Siria. Desde su formación, más de 200 de sus integrantes han muerto víctimas del conflicto, y más de 500 resultaron heridos.