El Gobierno advierte al PDECat de un adelanto electoral
El Govern garantiza la estabilidad a Sánchez si mantiene el diálogo y la negociación
Pedro Sánchez tiene la voluntad de agotar la presente legislatura en el 2020, para desplegar su denominada “agenda del cambio”. Pero la prerrogativa de convocar las elecciones generales ya es exclusivamente suya. Y si la legislatura “se pone imposible”, si a la oposición absoluta del PP y Ciudadanos se suman exigencias inasumibles o la retirada del apoyo del PDECat, tras el golpe de timón de Carles Puigdemont en la dirección del partido, el presidente del Gobierno podrá apretar el botón nuclear del adelanto electoral cuando mejor le convenga. “No vamos a hacer una quemadera en el Congreso para perder votaciones”, alerta un veterano dirigente del PSOE.
Así que, ante el aviso de la nueva cúpula del PDECat de que pondrá “más difícil” el apoyo a Sánchez, la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, lanzó ayer una pública advertencia: “Convocar elecciones es una facultad del presidente del Gobierno. Nadie está pensando en adelantar elecciones, si bien nadie va a resistir más allá de lo razonable. Sería absurdo”. Y Celaá apeló al presidente de la Generalitat, Quim Torra, “el presidente legítimo, el que vive en el Palau y no fuera de España”, para seguir recorriendo la senda del diálogo recién emprendida junto a la fuente de Guiomar en la Moncloa. “Esperemos que no se arrinconen”, confió. Pero reclamó responsabilidad: “Quien se empeñe en una propuesta inviable, sabe que no llegará a buen término”.
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se expresó aún con mayor rotundidad: “Nada más importante para un Estado que su integridad territorial. La duración de una legislatura no se puede poner en el platillo de la balanza frente a la pérdida de la integridad territorial de un Estado. ¡Hasta ahí podríamos llegar!”, clamó. Borrell subrayó que preservar la unidad del país es “el objetivo número uno indeclinable de cualquier Gobierno y, por supuesto, de este”. Y antepuso dicho objetivo, en todo caso, a agotar la legislatura.
En el Gobierno y en el PSOE, eso sí, contienen el aliento ante la posición que el PDECat habrá de fijar en el Congreso de manera inmediata. Hoy mismo, en la votación de Rosa María Mateo como administradora única de RTVE. Aunque como en esta primera votación se requiere una mayoría de dos tercios del hemiciclo que no se logrará, habrá que esperar al viernes, en una segunda vuelta que ya sólo requiere mayoría absoluta, para ver si triunfa el nombramiento de Mateo. Y los ocho votos del PDECat son imprescindibles para que salga adelante. Aún más importante será su posición, probablemente el mismo viernes, para que el Gobierno logre la luz verde del Congreso para sus objetivos de déficit y deuda públicos, junto al techo de gasto para los presupuestos del 2019, pese a que después le espere la mayoría absoluta del PP en el Senado para tumbarlos.
En la Moncloa, no obstante, optaron por intentar rebajar una escalada verbal frente al triunfo de la “línea dura” de Puigdemont en el PDECat. “El Gobierno mantiene su rumbo y sigue trabajando para des- arrollar su agenda del cambio”, defendieron. Y apelaron a la responsabilidad de los aliados en la moción de censura que tumbó a Mariano Rajoy para mantener ahora viva la legislatura, “y mantener abiertas las vías de diálogo que permitan seguir tomando decisiones en beneficio de toda la ciudadanía”. El Gobierno, según la Moncloa, “es consciente de los cambios producidos en los últimos días en el escenario político”, tras los triunfos de Pablo Casado en el PP y Carles Puigdemont en el PDECat. “Pero eso no varía –advirtieron– el compromiso con el nuevo tiempo político iniciado con la presidencia de Pedro Sánchez”.
El Govern de la Generalitat, por su parte, a pesar del aviso de la nueva cúpula del PDECat del día anterior, intentó veinticuatro después transmitir un mensaje de tranquilidad en la línea de no romper ningún puente. La portavoz, Elsa Artadi, fue especialmente clara en este sentido: “Apostamos por la estabilidad del Gobierno (español) siempre que este Gobierno siga caminando por el diálogo y la negociación política para resolver una crisis que es política”. “Tendremos que ver si las buenas palabras se convierten en pasos adelante con vistas a la segunda reunión de los presidentes prevista para otoño en el Palau de la Generalitat”, subrayó, en lo que era la evidencia de la voluntad de mantener la senda de diálogo abierta.
La consellera de Presidència incluso fue más allá y, sin querer enmendar la plana a la vicepresidenta del PDECat, Míriam Nogueras, remarcó que el papel de los partidos independentistas en el Congreso “cambia con la moción de censura y no este fin de semana” y que la coordinación entre el Govern y los grupos parlamentarios “ya existía” en la etapa anterior. Una coordinación que ahora continúa y que tendrá su concreción, efectivamente, en el caso de RTVE y del techo de gasto. En el primero, no parece que haya problemas para apoyarlo. En el segundo, en cambio, Artadi se curó en salud y, para rebajar la presión, resaltó que lo importante es saber cómo se lo hará el Gobierno para sacar adelante el techo de gasto, porque, en la medida en que el PP lo bloqueará en el Senado, “es irrelevante qué acaben votando los partidos en el Congreso”. A la Generalitat, por supuesto, le va bien que se amplíen los objetivos de déficit, y en realidad aún querría más, y esto es lo que tienen previsto defender conjuntamente PDECat y ERC.
“Nadie va a resistir más allá de lo razonable, sería absurdo”, alerta Celaá “Veremos si las buenas palabras se convierten en pasos adelante”, precisa Artadi