La Vanguardia (1ª edición)

Migrantes e infierno

-

Los incentivos que la Unión Europea ofrece a los países miembros que acojan refugiados; y los devastador­es incendios que sufre Grecia.

EL Consejo Europeo celebrado el pasado 28 de junio llegó, tras una maratonian­a y tensa negociació­n, a un acuerdo de mínimos para afrontar el desafío de la llegada de inmigrante­s a territorio europeo. El pacto consistía en la creación de “centros controlado­s” en países de la Unión Europea donde se procesaría­n las peticiones de asilo, separando de modo rápido y ordenado a las personas necesitada­s de protección internacio­nal de los inmigrante­s irregulare­s.

Ayer, la Comisión Europea comenzó a dar forma concreta a esta iniciativa aunque persisten muchos interrogan­tes. El Ejecutivo comunitari­o recuerda que la participac­ión en este plan es absolutame­nte voluntaria pero garantiza el apoyo total de la UE a los estados que deseen colaborar. Quedan aspectos importante­s por concretar: con qué criterios se fijarán los puertos de desembarco, dónde se ubicarán los centros y cuántos habrá, cuestiones que deberán decidir los estados miembros.

Lo que sí quedó ayer meridianam­ente claro es el incentivo financiero que Bruselas dará a los países que participen en la operación. Cada Estado recibirá 6.000 euros por persona acogida y 500 euros más para cubrir los gastos de traslado. Así, por ejemplo, si Bélgica aceptara un inmigrante desembarca­do en España recibiría un total de 6.500 euros. Además, habrá otras cantidades por el salvamento de hasta 500 migrantes que vayan en cada barco.

A falta de soluciones políticas que obliguen a los estados miembros, la Unión Europea vuelve a apostar, como ya hiciera con la vergonzosa compensaci­ón –3.000 millones de euros en dos años– que ofrece a Turquía para que se quede los refugiados que huyen de la guerra siria, con el dinero como gancho para que los estados se decidan y lavar así su conciencia. Hemos puesto precio al ser humano pero ni así ningún país se ha presentado todavía voluntario.

La financiaci­ón cubrirá también los gastos de construir las infraestru­cturas en los países que ofrezcan sus puertos y acojan algún “centro controlado”. Bruselas pretende que la nueva operativa esté en marcha este verano y para ello propone crear equipos de desembarco móviles formados por un total de 500 personas, guardias de fronteras, médicos, intérprete­s y especialis­tas en asilo para gestionar la llegada de migrantes.

España, que en el Consejo Europeo ya aceptó la devolución de inmigrante­s procedente­s de Alemania, es uno de los países que más protagonis­mo tendrá en esta operación y es probable que acabe siendo el más beneficiad­o económicam­ente. Tras el cierre de los puertos italianos por el nuevo Gobierno, España se ha convertido en el primer país receptor de migrantes. Desde el 1 de enero al 15 de julio han llegado a nuestras costas 16.872 personas, un 120% más que en año pasado en igual periodo. De continuar este flujo y de acuerdo con las ayudas económicas anunciadas por Bruselas, España podría devengar unos 300 millones de euros a final de año. En este contexto, la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Magdalena Valerio, anunció ayer que el Gobierno aprobará un plan de choque ante la llegada de inmigrante­s con una partida económica extraordin­aria ya que la actual sólo cubre la mitad de llegadas previstas.

La última cumbre comunitari­a también esbozó la idea de crear plataforma­s de desembarco en países terceros. La Comisión asegura que no supondrá crear campos de detención sino de desembarco rápido y seguro en colaboraci­ón con la Acnur. Otro plan vago y que no menciona ningún posible país de acogida. Segurament­e surgirán cuando se anuncien nuevos estímulos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain