EE.UU. pagará 12.000 millones a los agricultores por la guerra comercial
De esta guisa, “los aranceles son lo mejor”, arrancó uno de los tuits matinales del presidente Trump.
Al cabo de un rato, fuentes oficiales de su Administración informaron que el Departamento de Agricultura se disponía ayer a anunciar un plan para subvencionar con 12.000 millones de dólares a los agricultores estadounidenses perjudicados por la guerra comercial abierta por el propio presidente.
Esta medida persigue que los granjeros y rancheros, verdadero granero del trumpismo, no salgan trasquilados por la iniciativa política del “América primero” impuesta por su líder en su escalada contra China, sus vecinos Canadá y México, y el aliado de toda la vida, la Unión Europea. La búsqueda de forma agresiva de un reequilibrio ya tiene un efecto negativo en las filas de una de las principales canteras de votantes de Trump y de los republicanos, a escasos meses de las elecciones legislativas de noviembre.
La conclusión evidente es que su Gobierno ha tomado plena conciencia del daño interno que causa la implantación de impuestos a las importaciones, en la medida que las represalias de las principales economías infligen en el sector agrícola de EE.UU. Esta respuesta afecta en especial a productos como la carne de cerdo o de ternera, soja y frutas.
Pero esta plan de subsidios también pone de manifiesto la intención de Trump de perseverar en su confrontación arancelaria.
“Cualquier país que ha tratado a Estados Unidos injustamente en los tratados comerciales deberá negociar otro correcto o tendrá sus aranceles. Tan simple como esto. Somos la hucha que ha sido robada. Todo será estupendo”, prosiguió Trump en su red social, pese a las quejas de los agricultores. Su Gobierno les ofrecerá un tipo de apoyo temporal de emergencia a fin de no rechazar la agenda del presidente. Los fondos se aportarán de manera directa para la compra de alimentos y distribución, así como para la promoción. Se inspira en un programa de la era de la Depresión, en los años treinta.
“No apoyo en absoluto los aranceles, entiendo que hay mejores herramientas para equilibrar la balanza comercial”, respondió Paul Ryan, jefe de la mayoría conservadora en el Congreso y consciente del daño que esta política está causando en sus filas.
Este asunto centrará la reunión que Trump tiene previsto mantener hoy en la Casa Blanca con Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.