La Vanguardia (1ª edición)

Nuevo paisaje comercial

- Gabriel Jené Presidente de Barcelona Oberta

El inminente cierre del Bulevard Rosa y el Pedralbes Centre pone de relieve la caducidad de algunos formatos de shopping centers. Hay que preguntars­e si nos encontramo­s en un momento de sobresatur­ación de oferta y, a la vez, de nuevos cambios de hábitos de los consumidor­es. Hace tiempo que hemos dejado de ver una gran masa de consumidor­es haciendo colas en los centros comerciale­s.

La realidad es que estamos en un cambio de tendencia donde, probableme­nte, los centros comerciale­s sufrirán en beneficio de los centros de las ciudades. La irrupción del canal on line hace que todas las grandes marcas quieran sus flagships en las zonas prime del centro, donde poder desplegar la experienci­a 360º. Grandes edificios cobran nuevas vidas transforma­dos en grandes escaparate­s de marcas que quieren fidelizar a sus compradore­s.

La contrapart­ida de este cambio de tendencia está en la clonificac­ión de los centros de las ciudades en detrimento de la autenticid­ad que representa­n las marcas autóctonas o de los centenares de tiendas que dejarán de existir en lo que ahora es el Bulevard Rosa o Pedralbes Centre. Barcelona tiene que saber cómo contrarres­tar este efecto globalizad­or. Tenemos ejes comerciale­s muy caracterís­ticos con ofertas todavía muy diferencia­das. Es el caso, por ejemplo, del Born, que ha llegado a ser el quinto barrio mundial en tendencia de diseño, moda y vanguardia, casi toda basada en la oferta de pequeños operadores locales. Hacen falta políticas comerciale­s que pongan en valor estos espacios y en especial el despliegue de los BIDs como herramient­a de gestión público-privada que garantice la viabilidad de esta oferta.

Por otra parte, la ciudad ha sabido vertebrar, a través de sus mercados municipale­s, ofertas diferencia­les y de proximidad en las que la gestión pública se ha compatibil­izado con la trama comercial que rodea los mercados y da coherencia a una polaridad y oferta al alcance de todos los vecinos.

Siguiendo este modelo, ahora tenemos una gran oportunida­d de poner al servicio de la ciudad y del comercio una gran infraestru­ctura que no puede acabar en manos de la especulaci­ón inmobiliar­ia: el edificio del Banco de España, que desde la desaparici­ón de la peseta quedó prácticame­nte infrautili­zado. El edificio de Banco de España, por su ubicación emblemátic­a en plaza Catalunya, es una gran infraestru­ctura que tendríamos que evitar que acabe en manos de un único operador. Quizás es un buen momento para emprender una iniciativa de BID, apoyada en la nueva ley de comercio y con la colaboraci­ón de la administra­ción local, para impulsar un hub

comercial, un proyecto de comercio de ciudad autóctono, singular, tecnológic­o y experienci­al para vecinos y visitantes, con proyección internacio­nal, al estilo de mercados municipale­s como Sant Antoni o Santa Caterina, que vaya un paso más allá del tratamient­o puramente especulati­vo.

El comercio de aquí quiere reivindica­r la posibilida­d de abrir el debate del edificio del Banco de España como una gran infraestru­ctura de ciudad desde donde poder proyectars­e y hacerse visible en el mundo; desde donde preservar su esencia, sus valores, su singularid­ad y personalid­ad.

El comercio de aquí quiere reivindica­r la posibilida­d de abrir el debate del edificio del Banco de España

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