España se invita a soñar
La selección masculina derriba el muro de cuartos y jugará su primera semifinal en 9 años
La selección española de waterpolo vuelve a una dimensión que se le había negado en la última década: vivir la sensación de las alturas, la de codearse con la élite, asomándose a unas semifinales de uno de los tres grandes torneos (Europeo, Mundial y Juegos Olímpicos). Hacía nueve años –desde el Mundial de Roma 2009– que no entraba en el cuarteto final y peleaba por las medallas. Diez campeonatos sin pasar del muro de cuartos. Ayer lo derribó con un soberbio partido, de fuerza, de oficio, de los jóvenes de David Martín, ante Grecia. En la semifinal les espera Italia.
“Vamos a ir a por todas”, decía en la víspera Alberto Munárriz, uno de los nuevos jefes de esta selección masculina en crecimiento, que inició su renovación al comenzar el 2017 y ha acelerado su proceso de maduración durante este 2018 ganando confianza a base de buenos resultados: fue subcampeón de la nueva Europa Cup y bronce en la Liga Mundial. “Sí que llevamos muchos años sin ganar medallas, desde el 2009, pero no lo vemos como una carga. Somos uno de los equipos más jóvenes del campeonato, estamos creciendo”, comentaba Munárriz. “Tenemos mucho margen de mejora”. Ayer, ante Grecia, el equipo dio todo un estirón para meterse en la élite del waterpolo europeo. El duelo de cuartos más mediterráneo respondió inicialmente a las previsiones que anticipó el último precedente entre las dos selecciones, no hace ni un mes en los Juegos Mediterráneos, un 4-3 para Grecia. Un choque de escasas ocasiones, de protagonismo para los porteros y defensas férreas, tan empalagosas como el bochorno pegajoso de la noche veraniega en Montjuïc. De hecho, a España le costó 5 minutos perforar la portería helena. Una asistencia de Munárriz la aprovechó Álex Bustos para poner el 1-0.
Pero el guión rácano se rompió, ya que el juego se aceleró y la ventaja española se amplió en el siguiente ataque con un soberbio gol de espaldas de Roger Tahull desde la boya (2-0), que culminaba otra asistencia mágica del navarro. España cerraba la primera manga por delante, con la ayuda del portero Dani López Pinedo, que empezaba a entonarse (3/4 paradas). Una sobriedad y acierto del veterano meta del Atlètic Barceloneta que elevó la secuencia a 9 paradas (un 75%) y permitió que España se mantuviera al frente por la mínima, 4-3, al llegar al descanso, gracias a los goles de Álvaro Granados y Munárriz.
En la reanudación, la selección de David Martín se multiplicó en defensa, su seña de identidad, y jugó a la perfección sus mejores cartas ofensivas: Munárriz y Perrone. El hispano-brasileño, la figura de este equipo, dio una asistencia de fantasía a Miguel Del Toro, que en posición de boya volvía a establecer el +2 (5-3).
La ventaja encendió las Picornell y la selección se soltó el pelo con un soberbio parcial de 3-0 que llegó a continuación para sentenciar el partido, con goles de Mallarach, Tahull en la boya y Granados culminando una contra lanzada por Perrone: 8-3 a falta de 11 minutos y la semifinal estaba en la esquina. Y más con el cerrojo que puso Pinedo con dos paradas más para desquiciar a los lanzadores griegos. Estaba pletórico: 13 paradas en 16 tiros (81%) al cerrar el tercer cuarto.
La última manga casi que le sobró a España. Con +5 de renta pudo permitirse el lujo de encajar un 2-3 que no le descarriló.
En la segunda semifinal de mañana (22.30 h), España se enfrentará a la Italia de Guillermo Molina. El Settebello, que se deshizo fácilmente de Rusia con una actuación espectacular del portero Del Lungo (15/16 paradas, 94% de acierto), es el actual bronce olímpico, pero en estos dos últimos años ha bajado el pistón. A su favor, España ganó los dos precedentes más recientes. Dos resultados para invitarse a soñar con la final en casa. Como hace 26 años en la mágica Picornell.
Pinedo estuvo insuperable en la portería (14 paradas) y el parcial de 4-0 en el tercer cuarto fue definitivo