Buscando la integración
La exvicepresidenta exige a Casado una representación del 43% en la dirección
Primera reunión entre Casado y Santamaría para construir una dirección del PP integrada por las dos candidaturas.
Soraya Sáenz de Santamaría perdió el congreso del PP del pasado fin de semana, pero obtuvo casi un 43% de los votos, y los quiere hacer valer ante Pablo Casado. Para la exvicepresidenta, “la integración” no es lo mismo que hacer “incorporaciones” de determinados miembros de su candidatura. Ella quiere una “una representación digna y proporcional”, y así se lo exigió en la reunión que ayer mantuvieron ambos, de sólo media hora, y en dos partes, antes y después del pleno del Congreso, porque se celebró en el despacho del líder de la oposición en la Cámara Baja y no en Génova 13, la sede central del partido.
El líder del PP esperaba que Santamaría acudiera con una lista de personas para incorporar a la dirección, que se reunirá hoy en Barcelona. Pero la ex vicepresidenta llegó “con un método”, no con nombres. El argumento que utilizó Santamaría fue claro: un 43% de los compromisarios “apoyó la candidatura que ganó entre los afiliados”, la suya, y para conseguir la unidad esa candidatura debe verse “representada digna y proporcionalmente en todos los órganos de dirección”.
Pero Casado tiene otra concepción de lo que debe ser la nueva dirección del PP. Entiende que el congreso “ha decidido quién debe dirigir la construcción de equipos”, él, y no está dispuesto a que el comité ejecutivo tenga dos bloques, uno de sus seguidores y otro de los de Santamaría, que respondan ante sus respectivos jefes.
Casado criticó en público este planteamiento de Santamaría: “No se puede pasar de la lista más votada a la proporcional en dos días”. Ambos se emplazaron a seguir negociando ayer por la tarde, pero finalmente las negociaciones se rompieron porque no hubo acuerdo sobre el número de personas afines a Santamaría que debían integrarse en la nueva dirección.
La tesis de Casado es que ya en el congreso del PP dijo que no preguntaría a nadie a quién votó, y que el partido, desde el mismo sábado, cuando fue elegido sucesor de Mariano Rajoy, era uno. Por eso quiere que en los puestos de la dirección “estén los mejores”, al margen de por quién votaron. Es decir, que estén por ellos, no por ser de la lista de Santamaría.
Pero la exvicepresidenta apeló una y otra vez a su 43% en el congreso. Hasta el punto de que cuando Pablo Casado le planteó que se incorpore ella al comité ejecutivo, como uno de los vocales de libre designación que tiene la potestad de
La excandidata evita responder a la oferta del líder popular de un puesto para ella en el comité ejecutivo
nombrar, ya no le sorprendió que Santamaría no le respondiera. La exvicepresidenta mantiene que ella va a seguir en política, “con cargo o sin cargo”, y que ella es diputada, como diciendo que no necesita más.
Hoy se celebrará en Barcelona la primera reunión del comité ejecutivo de la era Casado y se conocerá el nuevo organigrama del PP, del que la figura más importante es la de la secretaria general, porque si algo confirmaron fuentes del equipo del nuevo líder es que será una mujer. En la dirección, según las fuentes consultadas, estarán en puestos destacados Javier Maroto, Teodoro García Egea y Guillermo Mariscal. Los nuevos portavoces parlamentarios se anunciarán mañana.