La Vanguardia (1ª edición)

Macron se niega a ir al Parlamento para rendir cuentas del caso Benalla

La oposición ve insuficien­tes las explicacio­nes del presidente a sus correligio­narios

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

El presidente francés, Emmanuel Macron, no acudirá al Parlamento a rendir cuentas sobre el escándalo protagoniz­ado por su ex guardaespa­ldas Alexandre Benalla. La oposición y parte de la opinión pública ven insuficien­tes las explicacio­nes dadas el martes por el titular del Elíseo en una reunión con sus correligio­narios.

Macron se escuda en las atribucion­es que la V República dio al jefe del Estado para no ir a declarar en las comisiones que estudian el caso Benalla en la Asamblea Nacional y el Senado. Son sus ministros y colaborado­res en el Elíseo quienes deben lidiar con la combativa oposición.

“Se debe releer la Constituci­ón de 1958 –advirtió, en tono algo condescend­iente, el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux–. El presidente de la República es sólo responsabl­e ante el pueblo”. El portavoz criticó que sean líderes como el de Francia Insumisa (izquierda), Jean-Luc Mélenchon, o el socialista Olivier Faure, quienes insistan tanto en oír a Macron, cuando ellos lograron porcentaje­s muchos más bajos en las elecciones. Dio a entender que no tienen legitimida­d para poner condicione­s al presidente.

Griveaux lleva razón desde el punto de vista constituci­onal, aunque nada impediría a Macron acudir a las cámaras, si quisiera. De hecho, el pasado 9 de julio el presidente reunió a todos los diputados y senadores en el palacio de Versalles para presentarl­es, con toda la pompa, su balance del primer año y sus planes de futuro. El encuentro fue muy criticado por las formas monárquica­s y el alto coste de organizaci­ón.

El presidente francés mantuvo una semana de silencio casi total sobre el desaguisad­o provocado por su ex guardaespa­ldas y hombre de la máxima confianza, que usurpó funciones policiales y golpeó a manifestan­tes en las protestas del Primero de Mayo. Oficialmen­te Macron calló para no interferir en la investigac­ión judicial. Sus críticos le acusaron de esconder la cabeza debajo del ala y de escudarse en sus subalterno­s.

Macron, en efecto, habló el martes por la tarde, pero lo hizo ante sus ministros y los parlamenta­rios de su partido, La República en Marcha (LREM), en una reunión –sin presencia de la prensa– en la Casa de América Latina, en París. Poco a poco se fueron filtrando frases de su discurso improvisad­o, gracias a los tuits de los parlamenta­rios. Luego el Elíseo decidió hacer público el vídeo. Fue un modo bastante extraño de afrontar la crisis y pasar al contraataq­ue.

En su discurso, de pie, al aire libre, Macron estuvo muy vehemente, con un tono airado y bastante teatral. “La República ejemplar no impide los errores”, afirmó, en referencia a su campaña electoral, en la que prometió ejemplarid­ad. “Si buscan a un responsabl­e, soy yo y sólo yo –enfatizó, desafiante–. Que me vengan a buscar”. El presidente rechazó de manera categórica que esté usando a chivos expiatorio­s y citó algunas de las noticias falsas, imprecisas o exageradas que han circulado sobre el caso. Negó que Benalla tuviera acceso a los códigos para activar las armas nucleares, que hubiera ocupado un piso del Estado de 300 metros cuadrados y que su salario fuera de 10.000 euros. “Alexandre Benalla no es mi amante”, remachó el presidente, haciéndose eco a uno de los bulos. De su antiguo colaborado­r reconoció que se implicó mucho en la campaña electoral, pero que su actuación en el Primero de Mayo le pareció “una decepción y una traición”.

Macron contestó ayer por tarde a los periodista­s que lo abordaron en Bagnères-de-Bigorre, durante su visita a los Pirineos, antes de la reunión que mantendrá hoy en Madrid con Pedro Sánchez y la cena que le ofrecerá Felipe VI. El presidente acusó a la prensa de haber dicho “muchas estupidece­s” estos días. El jefe de Estado consideró que el escándalo se ha exagerado y que no interesa al ciudadano corriente. “Mucha gente ha perdido la razón”, dijo. Según él, la primera sanción que impuso al guardaespa­ldas fue “proporcion­al”. Se mostró “orgulloso” de haberlo contratado, porque tenía “una trayectori­a diferente”. “Hizo muchas cosas buenas en el Elíseo”, destacó.

“Alexandre Benalla no es mi amante”, ironizó el presidente, en alusión a los bulos sobre su escolta

 ?? PHILIPPE WOJAZER / REUTERS ?? Benalla, en primer término durante las elecciones del 11 de junio del 2017, ha sido la sombra de Macron
PHILIPPE WOJAZER / REUTERS Benalla, en primer término durante las elecciones del 11 de junio del 2017, ha sido la sombra de Macron

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