Segarra pone al mando de su equipo técnico a otro fiscal progresista
Tiempos de cambio en la Fiscalía General del Estado. Ya se irá viendo con qué traducción práctica. Pero hay algunas pistas. Por ejemplo, la designación de Fernando Rodriguez Rey como jefe de la Secretaría Técnica, el laboratorio jurídico del que salen los textos de mayor voltaje y los más inflamables de la Fiscalía. Ahí se elaboró, por ejemplo, el texto de la querella por el delito de rebelión que dio lugar al caso 1-O, por ahora el asunto más delicado de los que están en trámite en la Sala Penal del Supremo.
La querella sobre el 1-O se redactó en caliente, bajo el mandato del fiscal general José Manuel Maza y en respuesta al referéndum ilegal –había sido prohibido por el Tribunal Constitucional (TC)– y a la declaración unilateral de independencia (DUI). Pero luego han sucedido muchas cosas en diversas sedes judiciales.
Por ejemplo, la renuncia del propio Supremo a las euroórdenes de detención cursadas a terceros países, a la vista de las negativas, objeciones y dificultades puestas por diversas instituciones judiciales europeas sobre las entregas solicitadas. Todo ello coloca un foco de atención muy potente sobre lo que vaya a hacer en fecha próxima la Fiscalía General, de cuya estructura la Secretaría Técnica es una pieza clave.
De ahí, en parte, la relevancia del nombramiento de Rodríguez Rey, miembro de la Unión Progresista de Fiscales (UPF), que le eligió para formar parte del Consejo Fiscal. Este Consejo es el máximo órgano representativo de la carrera, y en tiempos recientes tuvo entre sus miembros a la actual fiscal general, María José Segarra, y a la hoy ministra de Justicia, Dolores Delgado. Y también a Rodríguez Rey.
Hay un hilo conductor, en suma, que une puntos clave del nuevo diseño de ciertas estructuras de los ámbitos judicial y fiscal. Y por algunas de ellas habrán de pasar las decisiones más importantes sobre el caso 1-O. Por ejemplo, el trámite de calificación de los hechos por parte de la Fiscalía, ocasión en la que se confirmará o no la acusación
Llarena no cree que haya politización de la justicia, pero admite que la ideología del juez aporta “matices”
de rebelión. Los fiscales esperan que ese trámite se lleve a cabo en septiembre próximo.
La impresión general en la Fiscalía es que no va a haber giros bruscos. Pero los nombramientos indican el deseo de abrir una nueva etapa.
En paralelo, el juez Pablo Llarena negó ayer “categóricamente” en un coloquio en El Escorial que la justicia esté “politizada”. Al propio tiempo, admitió la existencia de perspectivas ideológicas en la interpretación de las leyes, lo que da lugar a “matices”. Justamente, esa es la expectativa sobre el nuevo curso de la Fiscalía, para comprobar precisamente si aporta matices y hasta dónde llegan.