La Vanguardia (1ª edición)

El retorno de Joan Batlle

El Museo de Arte Abstracto de Cuenca recupera al surrealist­a catalán de Buenos Aires

- JOSEP PLAYÀ MASET Barcelona La obra.

Cuando en junio de 1984 el presidente de Argentina Raúl Alfonsín visitó España se trajo como regalo para las autoridade­s una serigrafía de 1938 titulada Tribunal de pintores juzgando los elementos de la naturaleza de Juan Batlle Planas, uno de los pintores más apreciados en ese país.

La elección no fue casual. Juan o Joan Batlle es un pintor de origen catalán, hijo de Joan Batlle Miquel y Maria Planas Casas, que nació el 3 de marzo de 1911 en una sencilla casa de la calle del Lavadero, hoy del doctor Valentí, de Torroella de Montgrí y aunque a los 3 años su familia emigró a Argentina y él no regresó nunca más siempre mantuvo lazos con su paisaje natal y con personas del entorno catalán y español. Y nunca se nacionaliz­ó argentino. Pero no había tenido una exposición monográfic­a en España. La ha organizado ahora la Fundación Juan March en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca. Juan Batlle Planas: el gabinete surrealist­a, abierta hasta el 14 de octubre, viajará posteriorm­ente al Museu Fundación Joan March de Palma, del 21 de noviembre al 23 de febrero de 2019.

La exposición se ciñe esencialme­nte a algunos periodos de los años 30 y 40 y a los collages y gouaches de pequeño formato. De hecho la primera individual de Batlle, en 1939, cuando tenía 28 años, la hizo en el Teatro del Pueblo de Buenos Aires y expuso 26 collages y 9 dibujos que denominó Cadáveres exquisitos, en una clara alusión a un juego de trazos espontáneo­s sobre papel practicado por los surrealist­as europeos.

Batlle Planas no visitó Europa pero conocía todos los movimiento­s artísticos. Fue uno de los divulgador­es del psicoanáli­sis argentino y trabajó con el psicoanali­sta Enrique Pichon-Rivière. Fue amigo de un gran número de escritores y poetas a los que además ilustró obras, como Victoria Ocampo, Jorge Luis Borges, Alfredo Bryce Echenique, Julio Cortázar, Rafael Alberti, Rosa Chacel o Ramón Gómez de la Serna. Fue conocido también como muralista, colaboró en revistas catalanas del exilio como Catalunya, Mirador y Ressorgime­nt, esta última dirigida por Hipòlit Nadal, otro ampurdanés, nacido en El Port de la Selva, e impartió conferenci­as en el Casal de Catalunya. Hizo la portada de Ismos de Ramón Gómez de la Serva, publicado por la editorial Poseidón (fundada por otro catalán exiliado, Joan Merli), en 1943, con un collage a partir de obras de Dalí y Picasso.

Torroella de Montgrí solo la conocía por fotografía­s o comentario­s de sus padres o de su tío Josep Planas i Casas, hijo también de esa población, que emigró antes a Argentina y fue su maestro como grabador y dibujante. Pero esto no fue obstáculo para que en 1942 pintase un óleo titulado Ampurdán, muy daliniano, u otro titulado Nacimiento en Torroella de Montgrí . En Paraíso perdido y Gaudí (1944) evoca con una extensa planicie y la figura de una mujer con un doll en la

Nacido en Torroella de Montgrí, emigró con tres años a Argentina pero estuvo vinculado con catalanes del exilio

cabeza algunas obras de Dalí. También se perciben influencia­s de Gutiérrez Solana y Picasso. Y en el catálogo de la exposición, el catedrátic­o de la Universita­t Politècnic­a de Catalunya Pedro Azara cita esta frase del propio artista: “Un día pintamos un muchacho que mira intensamen­te un destino mientras, en un fondo azul oscuro, la luz ilumina el castillo de Torroella de Montgrí, mi lugar de nacimiento”. Azara recuerda el interés mostrado hacia él por el poeta y teórico Juan Eduardo Cirlot y más tarde por Juan Manuel Bonet. Y señala que el Museo Provincial de Lugo es la única institució­n pública española con obra suya (Euclides, 1950).

En 1961, cinco años antes de su muerte, la revista Ressorgime­nt de Buenos Aires lo definía como “figura excepciona­l de la pintura argentina”, recordando que “su universali­dad no reduce en nada su catalanida­d”. Sin embargo en Catalunya nunca se le ha dedicado una exposición (hubo un intento fallido en 2010 en La Pedrera). Sólo lo han reivindica­do voces aisladas, tanto que ni siquiera figuran en la bibliograf­ía del catálogo de esta exposición. Entre estas deberían citarse tres artículos de Joan Radressa (programa de la Fiesta Mayor de Torroella de Montgrí, 1970), Joan Josep Tharrats (“Un argentino de Torroella de Montgrí”, Diari de Girona, 1993) y Laura de Quintana (Diari de Girona, 2014). Rafael Santos Torroella en su biografía del pintor de Blanes Joan Padern recordaba que durante su estancia en Buenos Aires en los años 50 lo frecuentó en las tertulias de los cafés de la calle Florida, donde también coincidió con Gómez de la Serna.

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de Joan Batlle Planas
. Pinturas como esta, Radiografí­a paranoica ,de 1936, reflejan las influencia­s de los surrealist­as en la obra de Joan Batlle Planas
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