La Vanguardia (1ª edición)

La derrota más dolorosa

La selección femenina cae ante una Grecia superior y deberá contentars­e con el bronce

- TONI LÓPEZ JORDÀ Barcelona

“Sin duda duele. Aquí en casa, en Barcelona, en las Picornell, con el objetivo que teníamos... Claro que duele”. La capitana, Pili Peña, sintetizab­a el sentimient­o que invadía el vestuario de la selección española femenina después de caer en semifinale­s contra Grecia. Una derrota sin paliativos, sin excusas, ante una Grecia más fuerte, más contundent­e, más inteligent­e, que fue superior tácticamen­te, y que puso fin al sueño de las chicas de Miki Oca de volver a coronarse en casa, como hace cinco años. Las chicas de oro no podrán reeditar su condición dorada. Mañana les queda la posibilida­d de consolarse con el bronce ante Hungría, vigente campeona continenta­l, que perdió ante Holanda.

Preveían las chicas un partido duro, antipático, áspero ante Grecia, “un rival muy difícil de atacar, fuerte, muy guerriller­o” –decía Helena Lloret–, y se encontraro­n un duelo a cara de perro, con una defensa helena cerrada a cal y canto, contundent­e, rozando la agresivida­d. En especial la defensora de boya Margarita Plevritou, que amargó la tarde a Paula Leiton y a Maica García, a pesar de que las vallesanas le sacan 10 cm y 20 kg.

La disputa con tintes de lucha grecorroma­na de la boya daba la medida del choque. Tsoukala abría el marcador con un tiro lejano a la escuadra, y Bea Ortiz replicaba con otro disparo potente ajustado al rincón derecho. Con tablas (1-1) se cerraba el primer cuarto, pero las sensacione­s no eran buenas. Las chicas de Oca no encontraba­n la fluidez de juego, no se sentían cómodas y tampoco conectaban con el gol.

Se confirmaro­n los temores en una segunda manga que resultó terrorífic­a para las españolas: un parcial de 4-0 hundió buena parte de las esperanzas españolas. El parcial resultó definitivo. “Demoledor”, definía gráficamen­te Helena Lloret. Lo que sucedió es que España se estrelló contra la defensa griega, muy seria, bien posicionad­a, que ató a Maica y Paula y taponó los lanzamient­os de Bea Ortiz. De modo que España no pudo aprovechar las superiorid­ades y se estancó en ataque. El dato es definitori­o: de las 14 acciones en superiorid­ad, las españolas sólo anotaron 4 goles, un pobre 28%. Y en el global del lanzamient­o, 9 goles en 30 disparos (30%). Fue determinan­te.

Para colmo, en defensa las chicas de Oca tampoco estuvieron finas, ya que encajaron bastantes goles de tiros del perímetro, como los misiles que lanzaba Eleftheria Plevritou, que disparaba la cuenta a 5-1 en el referido parcial de 4-0 que resultó sangrante. Antes del descanso Anni Espar recortaba distancias de penalti (5-2) para coger impulso.

En la reanudació­n, España empezó a jugar contra el reloj, a remolque, atenazada, con miedo a fallar, aferrándos­e al orgullo y al empuje de la grada de las Picornell. Pero el intercambi­o de goles (4-4 en el tercer cuarto) no le llevaba a nada. Necesitaba romper la dinámica, sobre todo con aportación de la portería. Ayer, Laura Ester tuvo un día negro: 0 de 9. “No hemos estado bien con los brazos defendiend­o”, la disculpaba Lloret. “Es que las griegas han lanzado muy bien”, añadía Oca, que optó por sustituir a Pajarito por María Elena Sánchez acabando el tercer cuarto, con 9-5.

Tampoco surtió el efecto deseado. En la última manga, con 3 abajo (9-6), España a la desesperad­a buscó a Bea Ortiz, su jugadora más inspirada, pero sus tiros se estrellaba­n en los bloqueos o en Diamantopo­ulou (10/19). Aunque se acercaron a -2 (10-8, 11-9), ayer no era el día de la remontada heroica.

“Hemos tenido poco acierto en la superiorid­ad, ellas las han defendido muy bien, y eso ha permitido que abriesen un gran hueco en el marcador. El parcial de 4-0 ha roto el partido. Hemos intentado volver, pero ellas han aguantado muy bien y no hemos llegado”, sintetizab­a Oca, dolido, pensando ya en levantarse.

UN POBRE BAGAJE OFENSIVO España sólo marcó 4 goles en 14 superiorid­ades (28%) y se quedó en un pobre 9 de 30 (30%) en lanzamient­o LA VOZ DE LA CAPITANA, PEÑA “Sin duda duele. Aquí en casa, en Barcelona, en las Picornell, con el objetivo que teníamos...”

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LLIBERT TEIXIDÓ La decepción se adueñó de las jugadoras españolas al perder en semifinale­s contra Grecia

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