Amor y firmeza
Mi mujer me ha pasado un artículo que me ha gustado mucho y empezaba diciendo: “Los padres tenemos dos misiones básicas: amar a los hijos incondicionalmente y entrenarlos para la vida”. Me ha hecho pensar que como entrenadores tenemos el mismo deber con los jugadores. Miki Oca y David Martín los miman, pero también les exigen, los educan y los preparan para afrontar un Europeo.
Los chicos ya están en semis tras destrozar a Grecia en un partidazo, sobre todo de Dani Pinedo, que a los 38 años juega con la ambición de un chico de 18, pero con la experiencia de un veterano. ¿Tal como están jugando, por qué no soñar? Del otro lado Serbia, tan talentosa que sólo puede perder el oro por exceso de confianza, y Croacia, campeona del mundo y con un catalán de Horta, Xavi Garcia, de líder. Alguien nos debería explicar cómo un hortense juega con Croacia y no con los nuestros, aunque es otra historia. Sin él, España buscará la medalla con un juego alegre, práctico e ilusionante.
¿Y qué decir de las chicas? En este país en el que somos tan dados a rasgarnos las vestiduras ¿pensaremos que son malas o que no saben competir? Valoremos el trabajo que han hecho. Los favoritos a veces tienen un mal día. Grecia jugó un partido tácticamente muy bueno y, aceptémoslo, fue mejor. Todavía queda un partido contra Hungría para alcanzar medalla. Sólo las griegas podían destrozar el titular de hoy, que podría haber sido, reformulando a García Márquez, Crónica de un triunfo anunciado. Pero en el deporte, como en el cine o la literatura, siempre hay que esperar al final.
Mientras tanto, amemos a los hijos y las jugadoras, pero no sólo como padres o entrenadores, hagámoslo también todos los seguidores, como tíos, hermanos o primos, y empujémoslos hacia el éxito, o mimémosles cuando han caído, porque sobre todo las chicas de Miki, que nos han dado tanto, son expertas en levantarse.