Fríos ante la ola de calor
EL cambio climático ha venido para quedarse. Hace ya muchos años que toda clase de expertos advierten del problema del calentamiento global, pero estamos todavía muy lejos de resolverlo. Los ciudadanos de a pie sólo se acuerdan de santa Bárbara cuando truena, refrán muy popular que en estos días marcados por la meteorología viene como anillo al dedo. Estamos acostumbrados a leer toda clase de noticias sobre la urgencia de afrontar este problema que pasan sin pena ni gloria entre la opinión pública hasta que llega un verano como este que se ha cobrado ya tres vidas en España por el calor. La semana pasada, nuestro diario publicaba un estudio que aseguraba que el número de fallecimientos relacionados con las olas de calor aumentará un 292% en los próximos veinte años en comparación con el periodo 1971-2010. La respuesta natural de muchos ciudadanos que se lo pueden permitir es comprarse un aparato de aire acondicionado y no pisar la calle. Pero esto no es ninguna solución . Estos aparatos incrementan todavía más las emisiones de gases que aceleran el cambio climático. Un dato: la Agencia Internacional de Energía señala que hoy existen en el mundo unos 1.600 millones de aparatos de aire acondicionado, pero calculan que en el 2050 serán ni más ni menos que 5.600 millones. Qué mundo nos espera si no se resuelve este calentamiento global. El drama es que la solución está en manos de los gobiernos, y el más importante del mundo, con base en Washington, no está por la labor. Trump no sólo tomó la mala solución de salir del acuerdo de París sino que siempre que tiene oportunidad dice que el cambio climático no existe y lamenta que se ha visto obligado a gastar “miles de millones de dólares en desarrollar tecnologías que no necesitamos”. Seguramente lo que sí necesitamos es una mayor concienciación colectiva si no queremos que una meteorología desatada cause aún mayores desastres naturales. No estemos fríos ante la ola de calor.