Gigi Oliva
CAPITANA SELECCIÓN ESP. HOCKEY
La egarense Gigi Oliva (28), la más veterana de la selección española, ilustra el renacer del hockey femenino después de tocar fondo hace seis años. Las redsticks se colgaron el bronce mundial, su primer metal tras 15 años de sequía.
Sólo las redsticks y Adrian Lock saben lo que han pasado para regresar desde el infierno. Hace sólo seis años se quedaban fuera de los Juegos de Londres’12. Tanto como caer en el pozo del olvido, sin el escaparate olímpico, vital para un deporte minoritario como el hockey. En esa travesía por el desierto también se quedaron sin Mundial 2014. Lock, que llegaba del Egara, se hizo cargo de un grupo perdido, descompuesto. Mejoró su condición física con sesiones extra, cada una en su casa, y aportó criterio táctico, y la selección empezó a crecer: 4.ª en el Europeo 2015, 8.ª en los Juegos de Río, 5.ª en el Europeo 2017... y ahora bronce mundial. Una medalla –primera en 15 años, desde la plata del Europeo de Barcelona 2003– para seguir creciendo y creyendo.
Tras el varapalo de quedarse sin su primera final mundial al caer en la muerte súbita contra Irlanda, las redsticks se levantaron y afrontaron el duelo por el bronce contra Australia, vigentes subcampeonas y quintas del ranking, sin complejos, con el espíritu renovado. Así lo dejaron patente desde la salida al Lee Valley Centre de Londres, el recinto olímpico que no pudieron pisar en el 2012.
Con gran fortaleza física, presionaron arriba, dificultaron la creación de las aussies y se volcaron en ataque por esa banda derecha que fue una autopista contra Irlanda. El primer penalti-córner se tradujo en el 0-1, de María López, que aprovechaba el rechace de Lynch. La ventaja se amplió, y el bronce quedaba encarrilado, con el 0-2 de la catalana Berta Bonastre, que culminaba una gran jugada por la banda derecha de Beatriz Pérez. “Sabemos que no es cómo empiezas, sino cómo acabas, pero estamos aquí para ganar una medalla que merecemos”, decía con determinación la jugadora de Matadepera en el descanso.
En la reanudación, España regresó al tapiz azul incrementando su dominio, con una defensa sólida. No se desmoronó con el gol australiano (1-2) a los 10 minutos, con un disparo de la capitana Emily Smith que remató Kathryn Slattery. En el último cuarto se trataba de resistir, a la tensión y al cansancio acumulado. A falta de 9 minutos, Alicia Magaz sentenciaba el choque y aseguraba la medalla de bronce con el 1-3. La delantera del Mannheimer remataba una penetración de Bea Pérez hasta la línea de fondo. La jugadora del Club de Campo, la segunda más veterana de la selección después de Gigi Oliva, fue designada MVP del partido.
“Hablamos sobre la oportunidad de hacer algo que nadie ha hecho antes. Queríamos hacer nuestra propia historia. Habíamos jugador cinco veces este año con Australia, no les habíamos ganado, pero habíamos empatado 4 veces, y sabíamos que podíamos ganar hoy”, explicaba Adrian Lock, el técnico inglés que tomaba las riendas de la selección en el 2013, la ha reconstruido, la ha situado en el 5.º puesto del ranking y la ha llevado a su primer metal en un Mundial; la cuarta medalla del hockey femenino tras el oro de Barcelona’92 y las platas europeas de 1995 y el 2003.
“Es como un sueño hecho realidad. Estamos muy agradecidas de que nuestro duro trabajo haya dado sus frutos. Tenemos una gran actitud de equipo y todas se responsabilizan de la defensa y el ataque. Hay más medallas por venir”, decía Cristina Guinea.
España: María Ruiz, Rocío Gutiérrez, Carola Salvatella, Berta Bonastre (1), Cristina Guinea, Lola Riera, Júlia Pons, Xantal Giné, Bea Pérez, Gigi Oliva, Alicia Magaz (1); Carlota Petchamé, María López (1), Carmen Cano, Maialen García, Begoña García y Lucía Jiménez.
Goles: 0-1 María López (11); 0-2 Berta Bonastre (14); 1-2 K. Slattery (40); 1-3 Alicia Magaz (51).
El bronce mejora el 4.º puesto de Madrid 2006, el techo hasta ayer de la selección en un Mundial “Es como un sueño hecho realidad; hay más medallas por venir”, promete Cristina Guinea