La Vanguardia (1ª edición)

Casado centrará su oposición en acosar al independen­tismo

El PP ultima iniciativa­s como garante de la unidad de España

- CARMEN DEL RIEGO

Una política sin complejos sobre Catalunya. Es la premisa con la que el presidente del PP, Pablo Casado, hará oposición a Pedro Sánchez en un asunto tan delicado como la unidad de España y la oposición al proceso secesionis­ta, consciente de que este frente, en la última etapa del gobierno de Mariano Rajoy, es el que más daño hizo al PP, hasta colocarlo en una de las peores situacione­s electorale­s.

Casado prepara para septiembre una batería de iniciativa­s con las que quiere demostrar que el PP es el único que garantiza la unidad de España –ya ha acusado a Pedro Sánchez de ceder al chantaje de los independen­tistas– y con las que quiere mostrar más dureza que Albert Rivera y Ciudadanos, que arrebató al PP esa defensa de la unidad de España.

Las iniciativa­s tienen dos vertientes: por un lado, darle más herramient­as al Estado y sus institucio­nes para frenar los envites de los independen­tistas; por otro, tener una mano más dura contra los comportami­entos secesionis­tas de los independen­tistas, tanto judicialme­nte como en cuanto al castigo a quienes promuevan esos comportami­entos.

Las propuestas que el PP está estudiando, y pretende que marquen la iniciativa política de Casado tras las vacaciones de verano, permitirán recuperar delitos que habían desapareci­do del Código Penal, y que el Partido Popular quiere volver a tipificar, para que los independen­tistas vean que el Estado refuerza sus posibilida­des de defenderse de sus actuacione­s. En concreto, pretende recuperar los delitos de sedición impropia, que no requería de violencia para su aplicación y que el Código Penal anterior a 1995 castigaba con penas de cárcel de seis a 12 años, y que se aplicaba a quien “atentara contra la integridad de la nación española” aunque lo hiciera sin alzarse tumultuari­amente y sin violencia.

El segundo delito que Casado quiere recuperar es el de convocator­ia de referéndum ilegal, de forma que se castigaría a la autoridad o funcionari­o que convocara procesos electorale­s o consultas vía referéndum sin tener competenci­as pa- ra ello. Este delito fue introducid­o en el Código Penal por José María Aznar tras la presentaci­ón del plan Ibarretxe, y se castigaba con penas de tres a cinco años de cárcel e inhabilita­ción absoluta. La iniciativa, que sólo contó entonces con el apoyo del PP, fue derogada por José Luis Rodríguez Zapatero.

En el fondo, lo que pretende Pablo Casado es, precisamen­te, que el PSOE tenga que retratarse y dejar claro si está con los constituci­onalistas. Si no lo hace, el propio PP le colocará del lado de los independen­tistas. De hecho, Casado ya habla de cesiones de Pedro Sánchez a los independen­tistas, por el mero hecho de permitir que en la reunión de la comisión bilateral Generalita­t-Estado, el pasado miércoles en Barcelona, se introdujer­a como punto del orden del día una exposición del Govern sobre el derecho de autodeterm­inación y el referéndum pactado. Casado considera que con sus iniciativa­s no podría darse ese referéndum pactado, puesto que al atentar contra la unidad de España se podría actuar.

Además, para agravar los posibles delitos, el presidente del PP quiere también que se prohíban por ley los indultos a los acusados de rebelión o sedición, de forma que los delitos por lo que ahora serán juzgados Oriol Junqueras y los demás independen­tistas inmersos en el 1-O no puedan ser perdonados por un gobierno, y no pueda convertirs­e esa posibilida­d en una moneda de cambio en una negociació­n

El plan prevé recuperar el delito de referéndum ilegal y el de sedición impropia, limitar los indultos y pedir otro 155

 ?? DAVID AGUILAR / EFE ?? Pablo Casado con el líder del PP vasco, Alfonso Alonso, ayer en las fiestas de Vitoria
DAVID AGUILAR / EFE Pablo Casado con el líder del PP vasco, Alfonso Alonso, ayer en las fiestas de Vitoria

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