Rinaldo arrollador
Sabata mantiene el pulso y la intensidad en las tres horas de Händel
La fotogenia de la iglesia del Carme en el Castell de Peralada se está poniendo a prueba en esta edición del festival. Después del gran éxito que tuvo en directo y por La 2 el tenor Javier Camarena, hace unos días, Xavier Sabata –& friends– triunfaba ayer en el mismo espacio con las cámaras del canal Mezzo. Sin duda añadirán su grano de arena –se pasará en otoño por televisión– a la vital e interesante propuesta semiescenificada que de Rinaldo presentó Sabata.
Ya es conocida la afición teatral del actor/contratenor nacido en Barcelona hace 42 años. Y la ópera barroca –más aún un Händel de pro como Rinaldo– es para él una perita en dulce a la hora de hacer lucir su métier actoral y su concepto escénico. Sin más escenografía que el look templario de la iglesia –las puertas laterales tuvieron un gran papel, con luces y tormentas asomando– ni más vestuario que lo que el propio Sabata escogió del armario de cada cantante, tenía lugar un acontecimiento musical en el estreno de la segunda versión íntegra de Rinaldo.
El magnético Sabata, un artista comunicativo que sabe generar empatía y que en poco tiempo se ha ganado un público fiel que acude a verle haga lo que haga, se reveló ayer, en esas tres horas de ópera, como un interesante director de actores. Su ardor e intensidad contagiaron al resto del elenco para hacer creíble la trama. Arrollador.
La estratosférica Núria Rial como Almirena, la esposa de la que Rinaldo, el guerrero, no quiere separarse; Hillary Summers, perfectamente travestida como Argante; la explosiva Mary-Ellen Nesi como la maga Armida; Juan Sancho en el papel de Goffredo y JosepRamon Olivé en el de Mago y Araldo se dejaron transportar por Vespres d’Arnadí a ese mundo de brujos e magias que Händel creó y salpicó de arias espectaculares.
Rial brindó un Lascia ch’io pianga tan bello que una habría deseado que le hubiera seguido un eterno silencio. Y habían sonado también Cor ingrato o Cara sposa en la cálida voz de Sabata/Rinaldo. Pero sobre todo, páginas que no se han escuchado de esta segunda versión que escribió Händel en el 1731, la segunda, la que encaró para perfeccionar la que estrenó en Londres en 1711.
Y es que Händel había llegado a Londres tras triunfar en Italia con Agrippina ,ytenía que conquistar al público inglés. Escribía rápido, de manera que al cabo de los años quiso pulir la que consideraba una gran obra.
Vespres d’Arnadí, dirigido desde el clave por Daniel Espasa, va camino de convertirse en la orquesta de ópera barroca en Catalunya. ¡Bravo!
El contratenor hace un alarde de ‘reggia’ en Peralada y triunfa con el resto del elenco ante las cámaras de Mezzo