La Vanguardia (1ª edición)

Acoso de los radicales a Rohani

El presidente iraní es vapuleado en el Parlamento por el deterioro de la economía con las nuevas sanciones

- CATALINA GÓMEZ Teherán. Servicio especial

Hasan Rohani asistió el martes al Parlamento para responder sobre las medidas tomadas para contrarres­tar las sanciones económicas, el paro, la caída del rial, que encabezan las preocupaci­ones de los iraníes. Pero tras una hora de desplegar argumentos, fracasó. No sólo ante los diputados; también ante las redes sociales, que critican su falta de claridad.

En las últimas semanas, el Parlamento ha reprobado la gestión de dos ministros. El último en caer fue el de Economía. En los próximos días debe resolverse el interrogan­te de si el caso del presidente será remitido a la justicia, como permite la ley en Irán. Un escenario poco probable pues el líder supremo mantiene el apoyo a Rohani. Días atrás dijo que destituirl­o sería “jugar en las manos de los enemigos”.

La economía pasa por uno de los peores momentos de los últimos años por la decisión de Donald Trump de retirarse del acuerdo nuclear a través del que Irán se comprometí­a a congelar su programa a cambio del levantamie­nto de sanciones. Trump, que siempre calificó el acuerdo como “el peor que se haya firmado en la historia”, fue más allá e impuso nuevas sanciones.

El efecto psicológic­o que provocó el nuevo escenario político, sumado a erróneas medidas económicas tomadas por el Gobierno, tuvo consecuenc­ias dramáticas. Incluso antes de que el primer paquete de sanciones entrara en vigor a comienzos de agosto. El valor del rial, la moneda, se ha devaluado más de un 50% y los precios de la cesta de la compra han subido entre un 30% y 50% en las últimas semanas.

Estos problemas económicos –pero “no crisis”, subrayó Rohani– han avivado la creencia entre la población de que la corrupción en las élites es inmensa y que mientras ellos cada vez son más ricos, la gente es más pobre. Rohani, que tenía una oportunida­d para enviar un mensaje a los iraníes, prefirió centrarse en su pelea con el sector radical. “Ustedes hablan de desempleo, moneda extranjera, recesión o contraband­o, pero yo pienso que el problema de la gente está relacionad­o con la visión de futuro”, dijo Rohani, que quiso demostrar que los problemas no eran sólo de su Gobierno. Insinuó que las protestas que se expandiero­n por el país a finales del año pasado, y que el Gobierno cree que fueron instigadas por el sector radical, dieron el impulso a Trump para romper el acuerdo. “Seamos honestos. Si algunos de ustedes pensaban que el acuerdo nuclear no significó nada, ¿por qué están preocupado­s ahora?”, se preguntó.

La mayoría de empresas extranjera­s han abandonado el país en los últimos meses y los analistas temen que lo peor llegue en noviembre, cuando entre en vigor la segunda parte de las sanciones, que afectarán el petróleo iraní.

El Gobierno todavía espera que el acuerdo se sostenga con el apoyo de los otros cinco firmantes (Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China). Rohani está a la espera de que los países europeos le presenten una propuesta que le permita superar las sanciones, especialme­nte en la venta de petróleo y las transaccio­nes bancarias.

El Parlamento ha destituido a dos ministros y se habla incluso de la caída de Rohani

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