Otro derrumbe en Italia.
“¡Un puente se hunde, es culpa de Europa!”, ironiza el presidente francés
Dos semanas después de la caída del puente Morandi en Génova, ayer se hundió el techo de la iglesia San José de los Carpinteros (s. XVI), situada en el Foro, en el corazón de Roma. No hubo víctimas.
“Todos los problemas vienen de Europa. Un puente se hunde, ¡es culpa de Europa!”. Así ironizaba ayer el presidente francés, Emmanuel Macron, sobre la visión de los que llamó “demagogos nacionalistas”. Se refería al ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, y al premier húngaro, Viktor Orbán, que el martes le señalaron como su principal enemigo en las elecciones europeas del próximo año, que quieren utilizar como herramienta para dar un vuelco en Europa y cerrar sus fronteras a la inmigración.
Lejos de cerrar los ojos, Macron quiso ayer devolver el guante y atacar a aquellos “que quieren tomar a Europa como un rehén y decir que todos los problemas son fáciles”. “Desde principios del 2017 la Francia del buen Macron ha expulsado a más de 48.000 migrantes a la frontera con Italia, incluyendo mujeres y niños. En lugar de dar lecciones a otros, invitaría al hipócrita presidente francés a reabrir las fronteras y acoger los miles de refugiados que ha prometido”, replicó Salvini.
En este rifirrafe el francés se refirió al derrumbe del puente Morandi, que este mes de agosto causó la muerte de 43 personas en Génova. En Italia, esta asociación fue considerada por algunos como de muy mal gusto. “Se olvida que ha muerto mucha gente”, decía un presentador de la televisión pública.
Macron hablaba del puente genovés el mismo día en que se reunieron el consejero delegado de Autostrade per l’Italia, Giovanni Castellucci, y el presidente de la Región de Liguria, Giovanni Toti, para abordar los planes de demolición de lo que queda en pie del viaducto. La Fiscalía avisó desde el primer momento que existe el riesgo de que también se derrumbe –los primeros días después de la tragedia se escuchaban unos crujidos que ralentizaron los trabajos de los bomberos– así que la intención es utilizar máquinas demoledoras y explosivos para acabar con cualquier resto del puente enfermo de Génova.
“La demolición será más rápida de lo esperado, probablemente habremos terminado el proceso en menos de 30 días”, anunció Toti, considerado uno de los valores en alza de Forza Italia. Castellucci también informó que extenderán la gratuidad de los peajes. “Para tener los tiempos exactos pediremos permiso a la fiscalía porque el área está bajo secuestro”, explicó Toti.
Por el momento la investigación por el derrumbe del puente ha lleguridad gado a Roma y también están bajo secuestro los documentos, ordenadores y teléfonos dentro de la dirección del Ministerio de Infraestructuras y Transportes. Pese a que formalmente el fiscal genovés Francesco Cozzi todavía no ha señalado a nadie como principal investigado, ha salido a la luz una carta del pasado febrero en que el director de mantenimiento de Autostrade, Michelle Donferri Mitelli, advertía al Ministerio sobre los riesgos de se- ligados al retraso de la aprobación del proyecto de refuerzo del puente, según ha destapado l’Espresso. Otro documento revela que el Ministerio aprobó un proyecto de refuerzo de los tirantes que sostenían el puente el pasado 11 de junio, dos meses antes de la tragedia. “Estoy muy contento de que se haga transparencia sobre lo que ha sucedido en el pasado. El Ministerio está a total disposición de las autoridades”, aplaudió el ministro de Infraestructuras y Transportes, Danilo Toninelli.
Lo cierto es que cuando han pasado más de dos semanas desde el desplome, en el mismo Gobierno todavía no tienen claro la dirección que deberán seguir a partir de ahora con este asunto. La intención de Toninelli y el vicepresidente Luigi di Maio es que sea una constructora pública quien se haga cargo de unas obras de reconstrucción rápidas, en menos de un año, con la financiación
Autostrade quiere demoler en un mes lo que queda en pie del viaducto Morandi de Génova
de Autostrade, y plantear la nacionalización de las autopistas italianas. Sus compañeros de gobierno de la Liga no lo ven tan claro, y hasta Salvini ha puesto en duda que la nacionalización sea el camino más adecuado. Mientras, todo el mundo aplaude la idea del arquitecto genovés Renzo Piano de donar un diseño a su ciudad, pero él advierte que no cree en tiempos milagrosos.
De momento sólo se ha anunciado que a partir de septiembre el Gobierno revisará todo el sistema de concesiones en la red de autopistas para ver si es de interés público. Otro puente construido por el ingeniero Riccardo Morandi está bajo sospecha. Se trata del puente Vespucci, uno de los más transitados de la ciudad. Está bajo observación.