Horror británico
Tras vencer en Venecia, la plataforma concursa en Sitges con una historia de fanatismo y terror en 1905
El galés Gareth Evans aterriza en Sitges con El apóstol, una historia ambientada en una secta pagana de comienzos del siglo XX, para la que el director ha buscado inspiración en el cine de terror británico de los años setenta.
Netflix, tras haber tomado el festival de Venecia con la Roma de Alfonso Cuarón, ataca el festival de Sitges con El apóstol, del galés Gareh Evans, que se estrenará el próximo 12 de octubre sólo en la plataforma. En esta macabra historia ambientada en 1905, un hombre (interpretado por Dan Stevens) se infiltra en una secta que ha fundado una comunidad pagana en una remota isla. Evans cambia totalmente de registro pues era conocido hasta ahora por sus filmes de artes marciales y tortazos de raíz indonesia. “Lo primero que me vino a la cabeza –explica a este diario– fue un hermano que busca a otro, y una carta con pétalos de rosa dentro”. Afirma haberse documentado en “el cine de terror británico de los setenta, busqué sobre todo una atmósfera, los disfraces de terror de Halloween de principios del siglo XX, las pinturas de Caravaggio... Mi objetivo es que los espectadores se sientan incómodos con una historia de terror religioso, de fanatismo”.
¿Existe un horror británico como existe un humor británico? “Sí –responde-, se basa en el miedo a los otros y la atmósfera inquietante se obtiene a través de varias capas, mostrando la superficial de un modo en que se adivina que hay algo debajo”. Desmiente la leyenda negra de los internados británicos como forjadores del carácter de su país porque “la clase trabajadora, que es la mayoritaria, nos criamos con los padres, solo los muy pijos van a esos sitios disfuncionales”.
Lo más difícil del rodaje “fue la secuencia del túnel de ataúdes con toda la sangre. Además el pobre actor tuvo que estar encerrado allí once horas y fue muy desagradable para él”, sonríe.
El filme ofrece, tras unos primeros momentos dignos de cualquier buen thriller histórico de misterio, elementos diversos, de lo sobrenatural al gore. ¿Puede El apóstol tener opciones en Sitges? Entretenida y de exquisita factura, con escenas de gran impacto, presenta algunas irregularidades, o caídas de interés, a lo largo de sus más de dos horas de metraje.
Carcajadas y aplausos se escucharon, por otra parte, en la proyección de la francesa Au poste!, del inimitable Quentin Dupieux –viejo amigo del festival– que puede verse como una parodia del noir, en la que un probo ciudadano –Grégoire Ludig, con un cierto parecido al Magnum de Tom Selleck– se ve interrogado en comisaria debido a su mala suerte a la hora de cruzarse casualmente con cadáveres. Entre Kafka y Monty Python, destaca su trabajado guión y diálogos y una adecuación perfecta de los intérpretes al registro de cada personaje. Su inclusión en la sección oficial demuestra la feliz elasticidad del festival.