El retrovisor del futuro
El Audi e-tron lanza el nuevo producto y la compañía ya negocia con otras marcas
El Audi e-tron será el primer vehículo en incorporar los nuevos retrovisores digitales, que reemplazan los tradicionales espejos por un sistema de cámaras y pantallas táctiles.
Hito en la industria automovilística y punto de inflexión en la transformación tecnológica de Ficosa. La compañía ha lanzado el primer retrovisor digital del mundo, que sustituye a los espejos tradicionales y ha supuesto una inversión de 30 millones de dólares (unos 26 millones de euros) y 90 personas trabajando en exclusiva en el desarrollo del proyecto durante tres años. El primer vehículo en incorporarlo ha sido el Audi e-tron, un nuevo SUV eléctrico de la marca alemana que en unas semanas saldrá ya al mercado.
“Ser el primero es muy importante y ahora nos toca escalar con otros clientes”, dice Xavier Pujol, consejero delegado de Ficosa. Hay ya contactos con varias marcas, todas del segmento premium, pues innovaciones de este tipo resultan de entrada muy costosas y sólo pueden rentabilizarse a partir de un determinado precio del vehículo. Sus clientes potenciales suelen ser, además, ejecutivos de mediana edad, adinerados pero a la vez concienciados con la sostenibilidad y seducidos por las nuevas tecnologías. Audi lo dejó claro al elegir San Francisco para presentar su e-tron, en pleno territorio Tesla
El cambio tecnológico consiste en sustituir los espejos tradicionales por un sistema de cámaras acopladas al vehículo que transmiten las imágenes a las pantallas táctiles ubicadas en el interior del coche. Entre las ventajas de seguridad que ofrece, destaca la ampliación del campo de visión y, en particular, la eliminación del ángulo muerto.
La nueva tecnología, conocida como Camera Monitoring System (CMS), está homologada de momento para el mercado europeo. “Esperamos que pronto pueda estarlo también en Estados Unidos, en China y en Japón”, señala Xavier Pujol, que está convencido de en la penetración en los mercados asiáticos jugará un papel clave la colaboración con Panasonic, accionista de referencia de Ficosa junto a la familia Pujol.
Este retrovisor digital ha sido desarrollado y se fabrica en la planta de Ficosa de Viladecavalls, que se ha reconvertido en un gran centro de tecnología a partir de la antigua fábrica de Sony. También participa en el proyecto la planta de Ficosa en Wolfenbütel (Alemania) que fabrica los soportes que sujetan las cámaras en el exterior. Ha sido un desarrollo largo, pues aunque el pedido concreto de Audi llegó hace tres años Ficosa lleva trabajando en la idea del retrovisor digital más de diez años.
Noventa ingenieros, relacionados con los campos de la óptica, el software y el hardware, han estado exclusivamente dedicados al retrovisor de Audi. “Ahora ya tenemos el conocimiento, la plataforma para escalar en este ámbito”, señala el consejero delegado.
Es un paso de gigante para la unidad de negocio ADAS (asistencia avanzada a la conducción), uno de los grandes pilares en los que Ficosa sustenta sus aspiraciones de crecimiento con alto contenido tecnológico. Para avanzar en sus objetivos, en los últimos tres años ha contratado más de 400 ingenieros, y en la actualidad su equipo de ingeniería supera el millar de personas en todo el mundo.
“En pocos años hemos pasado de destinar a I+D un 3% de nuestra cifra de negocio a un 8%”, señala Pujol, que admite que este acelerón “da un poco de vértigo” y por eso es muy importante consolidar pronto las plataformas para poder sacar partido del esfuerzo inversor de una manera global. La próxima semana dará a conocer un importante avance en este sentido: el nuevo centro especializado en el desarrollo de los sistemas de movilidad con tecnologías basadas en la electricidad para vehículos híbridos y eléctricos del futuro, ubicado también en Viladecavalls. Se trata del llamado Hub de e-Mobility, unas instalaciones que, según la empresa, son pioneras también en el ámbito internacional. Allí mismo se mostrará un Audi e-tron para el que en estos momentos ya hay lista de espera.
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con los sistemas de ayuda a la conducción, la ayuda a la conectividad y la movilidad eléctrica fueron ya el motor de crecimiento en el 2017, año en que la empresa alcanzó una cifra de negocio de 1.208 millones de euros, un 3,3% más. El grupo que preside Josep Maria Pujol prevé que las ventas de sistemas tecnológicos pasen de los 100 millones del 2017 a 800 millones en cinco o seis años. Para ello, ha programado un plan de inversiones en I+D que alcanza los 500 millones de euros en cuatro años.