Ciudadana andaluza
La dirigente de Cs asumirá el protagonismo de la campaña de los liberales en las elecciones andaluzas
El partido naranja quiere aprovechar el tirón de Inés Arrimadas en Andalucía para enfrentarla a Susana Díaz en las elecciones autonómicas.
Afinales del mes de diciembre de 2017, después de haber ganado en número de votos y diputados las elecciones del 21-D, Inés Arrimadas se fue a Andalucía para pasar junto a sus padres la Navidad. Buscaba el abrigo familiar y cierto sosiego tras una dura campaña electoral y en un momento en el que el Gobierno de Mariano Rajoy la presionaban para que optara a la investidura pese a que la mayoría independentista en el Parlament iba a condenar al fracaso esa empresa. Lo que no podía imaginar la dirigente de Ciudadanos es la reacción que se iba a encontrar cada vez que ponía un pie en la calle de Jerez y otras localidades andaluzas: ovaciones, aplausos, vítores, fotos, autógrafos... Un inesperado baño de masas que fue el primer síntoma de que la victoria en Catalunya, en unas elecciones tan decisivas y con todo el foco mediático puesto en ellas, había disparado la popularidad de Arrimadas en el conjunto de España.
Un tirón popular y mediático que Cs quiere aprovechar en las elecciones Andaluzas que la presidenta, Susana Díaz, podría convocar esta misma semana. Los estrategas liberales están diseñando una campaña en la que Arrimadas, si el turbulento escenario catalán lo permite, lleve todo el peso y protagonismo. También el presidente de Cs, Albert Rivera, cuya madre es andaluza, tiene previsto implicarse a fondo y compensar el perfil gris de su líder en esta comunidad, Juan Marín. Su oposición blanda a Díaz en muchos momentos de la legislatura –hasta que Rivera decidió romper el pacto de investidura en septiembre– recibió reproches por sectores del partido.
Con todo, Marín, que fue una elección de urgencia en enero del 2015 –y por recomendación de la propia Arrimadas a Rivera–, cuando Cs decidió a última hora concurrir a las andaluzas, goza aún de crédito y apoyo de la dirección liberal. Los datos le refuerzan. Con este joyero y entrenador de Voleibol al frente, Cs ha logrado en Andalucía multiplicar el número de simpatizantes (26.000) y de afiliados (6.000).
“Si Arrimadas fuera nuestra candidata arrasaríamos, Marín en cambio no tiene mucho gancho y es visto como un político menor frente a Díaz”, asegura uno de los muchos dirigentes que Cs ha puesto a preparar una campaña andaluza en la que explotarán en la idea “del cambio” ante el desgaste de 36 años de gobierno socialista y los graves casos de corrupción.
De hecho, el partido naranja maneja estudios demoscópicos que apuntan que con Arrimadas de candidata podría repetir el éxito del 21-D en Catalunya: ganar en número de votos y escaños. Algo hasta hace poco impensable en una comunidad controlada de forma hegemónica por el socialismo. “Es una candidata mucho más sólida y temible que Marín”, reconocen algunos dirigentes del PSOE . Ya la ven como una adversaria directa y en las últimas semanas han intentado desgastarla denunciando que intenta “desde Catalunya” interferir” en la política andaluza.
Pero la cruda realidad para Cs es que el candidato es Marín, por mucha auxilio que pueda recibir. Aún así, los últimos sondeos conocidos indican un fuerte ascenso de la formación liberal, que se convertiría de forma destacada en la segunda fuerza por delante de Partido Popular y Podemos. En un reciente sondeo de Sociométrica, el PSOE se impondría con un 27,1% de los votos y 34 escaños, pero Cs escalaría 18 puntos respecto a los comicios anteriores y obtendría un 22%, siendo la segunda fuerza de la Cámara con 27 escaños. En la actualidad cuenta con tan sólo 9 diputados.
En Cs confían en que la participación de Arrimadas –en las últimas semanas ha protagonizado entrevistas en varios medios andaluces- puede mejorar sensiblemente esas previsiones. Otro elemento que les invita al optimismo es que en el último año han logrado reforzar la estructura del partido en esta comunidad, amén de multiplicar la presencia en pequeños pueblos y municipios con carpas informativas los fines de semana. “Estamos muchos mejor prearados orgánicamente que en el 2014 para unas elecciones y Díaz se puede llevar una sorpresa”,
Tras su victoria el 21-D en Catalunya, se ha disparado el tirón popular de la líder catalana en España, especialmente en Andalucía Los sondeos apuntan a un fuerte crecimiento de Cs en Andalucía, una plaza clave en la estrategia de Rivera de cara a las elecciones generales
avisan. Si los socialistas necesitan su apoyo para gobernar esta vez, y después del cambio de estrategia decidido por el congreso de Cs para entrar en el mayor número de gobiernos autonómicos y municipales posibles, los liberales exigirán importantes cuotas de poder. Consejerías y vicepresidencia. Aunque. ahora mismo, no descartan un pacto de gobierno con el PP.
En la batalla por Andalucía, la provincia donde Ciudadanos es especialmente fuerte es la de Málaga, una de las más dinámicas y urbanas de la comunidad. Cs cuenta con más de 6.000 simpatizantes y obtuvo en las pasadas general el 16,29% de los votos. Precisamente la ciudad de Málaga fue la escogida por Rivera para reunir la ejecutiva nacional y anunciar a bombo y platillo la ruptura (algunos analistas aseguran que con el aval de los socialistas) del pacto de investidura con Díaz.
Rivera ha dado la orden de “volcarse” en Andalucía. La dirección de Cs no sólo ve en las andaluzas el primer examen para conocer el estado de las fuerzas de todos los partidos tras la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa. Un buen resultado supondría un espaldarazo de cara a las municipales de mayo y generales.
En Cs creen que si el presidente Sánchez decide juntar las generales con los comicios andaluces, una posibilidad que tal como explicó La Vanguardia esta semana baraja por la tensión que genera el conflicto catalán, pueden resultar beneficiados.
Rivera quiere quedar por delante de PP y Podemos en estas elecciones para reforzar su papel de “única alternativa” a Sánchez en las futuras generales. La pugna por la Moncloa empezará en breve a orillas del Guadalquivir.