El populismo llega con fuerza al Parlamento letón
El Gobierno de centro europeísta resiste frente a los prorrusos
Una mayoría de letones respiraron anoche aliviados después de que los sondeos a pie de urna rebajaran los temores de que el partido prorruso, Armonía, pudiera hacerse por fin con el poder. La coalición gubernamental de centro derecha, pese a un cierto retroceso, podrá reeditarse. Sin embargo, la mayor novedad de las elecciones parlamentarias de ayer en Letonia es la irrupción de los populistas con un 11,5% de votos, por delante incluso del partido del primer ministro, Maris Kucinskis.
Armonía, creado en el 2010 por la fusión de otros partidos con tendencias filorrusas, se había ido afianzado como la formación con más apoyo electoral, y esta vez, con cerca del 20% de los votos, no ha sido una excepción. Sin embargo, en todos los comicios se ha visto frenada por una coalición de gobierno europeísta de tres partidos de centro derecha.
Armonía ha intentado ampliar su franja de electores suavizando su discurso. Se declaraba oficialmente socialdemócrata y antes de los comicios había roto sus relaciones con el partido Rusia Unida del presidente Vladímir Putin, además de lograr el respaldo de líderes socialdemócratas de Suecia y Alemania. Pese a ello, su techo del 20% no varía.
Los principales temores eran que el partido de Kucinskis, Unidad, paradójicamente llegaba muy dividido y varios parlamentarios se habían ido a otras formaciones. Los europeístas, sin embargo, no han sufrido la debacle temida y es probable que puedan formar gobierno.
Sin embargo, el elemento que ha trastocado todo el panorama político letón es el recién llegado ¿A quién pertenece el Estado? (KPVLV). Tras ese llamativo nombre aparece un partido que ha visto cómo sus promesas de “cambio radical” y de evitar que los trabajadores tenga que emigrar hacia el oeste en busca de un salario más alto han calado.
Creado en el 2016 por el antiguo actor y animador de debates en internet Artuss Kaimins, el KPVLV se situó ayer en quinto lugar, muy cerca de los tres principales partidos europeístas (todos en torno al 12% de votos). Kaiminis ya ha dicho que estaría dispuesto a trabajar con Armonía para formar un gobierno si lograban entre los dos mayoría. Tal alianza pondría nerviosos a muchos en Letonia, que creen que un gobierno de prorrusos sería un golpe a su independencia.
La coalición de centro derecha llevaba una década de gobierno capeando la crisis del 2009 con éxito. Sin embargo, los sacrificios sociales les han ido pasando factura y el electorado se ha dividido mucho en pequeños partidos. Hasta 16 concurrían a estos comicios y siete son los que han pasado la línea del 5% que les permite entrar en el Parlamento.
La desafección con los políticos, vistos como una casta corrupta e inoperante, se ha hecho patente. “Hay un estado de ánimo
antiestablishment muy pronunciado en Letonia –explicaba el politólogo Arnis Kaktins–. Y un gran deseo de algo nuevo. Es lo mismo que está sucediendo en otros países de Europa.”
La aritmética parlamentaria será complicada. El primer ministro Kucinskis lo tiene difícil para poder repetir, aunque su partido, Unión, tiene la esperanza de volver a pactar con Alianza Nacional y la Unión de Verdes y Agricultores, el partido que ha sufrido menos desgaste en el gobierno. A ellos se tendrá que unir un cuarto partido, ya que juntos sólo alcanzan el 29% de votos. La participación superó el 58%, por encima de la del 2014.
Un antiguo actor logra un 11,5% de votos con su movimiento ‘antiestablishment’, creado hace dos años