Las familias frenan su apuesta por los fondos por las pérdidas y las dudas
Los inversores más conservadores deshacen posiciones en un entorno complejo
Las familias españolas han echado el freno a sus inversiones financieras, que se realizan mayoritariamente a través de fondos de inversión tanto de renta fija como variable. Según la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco), el pasado mes de septiembre se cerró con un saldo neto negativo de 540 millones de euros en las suscripciones netas a los fondos de inversión de todo tipo. En lo que va de año, el saldo es todavía positivo, pero hay algunas señales que indican un posible cambio de tendencia.
El primero y más obvio es el del balance de septiembre, el primer mes con retiradas netas de aportaciones tras 30 meses consecutivos de incrementos que llevaron a los casi 275.000 millones de patrimonio neto de los fondos registrados en España en julio, su máximo histórico. La estampida de la bolsa de los primeros años de la crisis, cuando los fondos se hundieron hasta el mínimo de los 122.000 millones del 2012 hace tiempo que es historia.
Ahora, sin embargo, tras el brutal incremento de los últimos seis años –propiciado, entre otros factores, por la búsqueda por parte de los inversores de la rentabilidad que no ofrecían los depósitos– hay signos de agotamiento. Entre enero y septiembre del 2018, los fondos han captado 11.612 millones, 5.500 millones menos que el año pasado.
“No veo un cambio de tendencia”, dice José Luis Manrique, director del servicio de estudios de Inverco. Y añade: “Estamos en un año plagado de incertidumbres y esto se ha de notar, aunque creo que podía haber sido mucho peor”. El Ibex ha caído más de un 7% en el año y la renta fija, en pleno proceso de normalización de la política monetaria por parte del BCE y de alzas de tipos en EE.UU., ha dejado de proporcionar alegrías a los inversores. El sell off –el proceso masivo de venta– de bonos públicos y privados en todo el mundo ha dejado un reguero de pérdidas.
Esto último, el giro en el mercado de renta fija, es lo que mejor puede explicar el freno en el sector de los fondos. “En España, los inversores son conservadores y los que buscaron algo de rentabilidad en los fondos para no dejar muerto su dinero en el banco se apuntaron a la renta fija. Ganaban poco, pero algo. Ahora, muchos de ellos, están deshaciendo posiciones para minimizar las pérdidas”, explica Josep Soler, director general del Instituo de Estudios Financieros y delegado ejecutivo de la EFPA en España.
En septiembre, las categorías de fondos que más vieron descender su saldo neto fueron, precisamente, los de renta fija, con salidas por 624 millones. Es decir, los más conservadores desde el punto de vista del riesgo de los inversores. Previsiblemente, la tendencia proseguirá igual en los próximos meses ya que los inversiones ven cómo sus carteras de fondos de renta fija arrojan pérdidas próximas al 0,9% al término del tercer trimestre.
Sin nada que se parezca en absoluto al pánico, el momento actual es confuso y eso pesa en la gestión de las carteras por parte de los inversores. “Y de los asesores, muchas veces también, porque no tenemos mucha visibilidad”, comenta un directivo de banca privada. A las dudas sobre los efectos de la guerra comercial, el Brexit, la ralentización del crecimiento o los emergentes –con Brasil ahora en el foco–, se une, en el caso de España, el incierto escenario político. “Para el inversor medio o arriesgado, no hay nada ahora que le deba preocupar especialmente, pero el conservador puede que se tiente la ropa, retire el dinero de los fondos y vuelva al banco”, admite el citado gestor. Los depósitos no son aún una alternativa por su rentabilidad, aunque siempre acaban subiendo cuando la confianza baja, como ahora.
VOLATILIDAD Y NÚMEROS ROJOS El Ibex ha bajado un 7% en el 2018 y los fondos de renta fija acumulan pérdidas del 0,9% LA DUDA ETERNA Para los más agresivos es un buen momento, pero los conservadores prefieren esperar y ver