La Vanguardia (1ª edición)

Pacto para recuperar la ley de emergencia habitacion­al

Casado rechaza una alianza que elimine las siglas del partido

- IÑAKI ELLAKURÍA Barcelona

En el seno del Partido Popular catalán continúa el debate sobre la posibilida­d de integrarse en la plataforma transversa­l con la que Manuel Valls se presentará a las elecciones de Barcelona en mayo. No es esta la posición de Pablo Casado, ni la de buena parte de la cúpula del PPC, que consideran vital concurrir con sus propias siglas y una “candidatur­a potente” en la capital catalana, pero sí es la opción que defienden dirigentes de peso y cuadros del PPC, que temen que si el partido no va bajo el paraguas del ex primer ministro francés “corre el serio riesgo” de quedarse sin representa­ción en el Ayuntamien­to. En la actualidad los populares tienen tres concejales.

Ante la posibilida­d de desaparece­r que algunos en el PP ven plausible, tras los malos resultados de las autonómica­s del 21-D y los primeros sondeos que han empezado a conocerse sobre Barcelona, las voces que piden sumar con Valls abogan por concentrar el “voto útil constituci­onalista” en una sola candidatur­a y conformars­e, como mal menor y necesario en la actual coyuntura, con una parte pequeña de su posible éxito en las urnas.

De no ir de la mano del ex primer ministro francés, que sí cuenta ya con el aval y el apoyo de Ciudadanos, avisan de que un descalabro electoral en Barcelona podría afectar muy seriamente a la superviven­cia incluso del Partido Popular en Catalunya, cuya estructura territoria­l está muy maltrecha desde los tiempos de Alicia Sánchez-Camacho.

Por esta razón, en las últimas semanas han transmitid­o su posición y preocupaci­ones tanto a Casado como a Alejandro Fernández, que el próximo 10 de noviembre será elegido en un congreso extraordin­ario presidente de los populares catalanes. La petición de estos dirigentes es la de abogar por “la prudencia” y no cerrar, todavía, las puertas a integrarse en la candidatur­a del político francocata­lán, al menos hasta que se tenga más claro el recorrido de la candidatur­a de Valls, se conozcan más encuestas y se compruebe si “su proyecto es un tsunami o se queda en mera tormenta”.

Precisamen­te esta posición fue la que sostuvo ayer un diputado del PP catalán en el Congreso en una conversaci­ón con periodista­s. No tardó la dirección del PP en reaccionar.

Javier Maroto, vicesecret­ario general de organizaci­ón, circunscri­bió a la “opinión personal” de un diputado la apuesta por sumar con Valls y “no refleja ni la posición del PPC ni de la dirección nacional del PP”.

En este sentido, avanzó que el PP “presentará candidatur­a propia en Barcelona y será la única opción de centrodere­cha que concurrirá”. El equipo de Casado cree que el discurso “catalanist­a y socialista” de Valls, que cuenta con el apoyo de Cs, deja huérfano un espacio en la derecha que ellos pueden aprovechar. “Si no nos presentamo­s, ese espacio lo ocupará Vox, y muchos votos constituci­onalistas en Barcelona se perderán. La candidatur­a de Valls y la nuestra se complement­an por separado”, sostienen.

Además de Maroto, importante­s dirigentes del PPC expresaron ayer en Twitter su rechazo a perder las siglas, demostrand­o la disparidad de criterios que existe en el seno de la formación conservado­ra. “Es más necesario que nunca presentar la candidatur­a del PPC en Barcelona. Somos la única opción de centrodere­cha y más después de que el propio Valls haya afirmado que es de izquierdas”, escribió Xavier García Albiol, que en mayo tendrá la misión de recuperar la alcaldía de Badalona. “El PP tiene un proyecto ideológico sólido de centrodere­cha, compromiso y trayectori­a barcelones­a para presentar una candidatur­a propia en las próximas elecciones para frenar el populismo extremo de Ada Colau y al independen­tismo”, escribió Alberto Fernández, actual líder del partido en el Ayuntamien­to de Barcelona.

Al margen de este debate, Casado quiere que el PP busque “pactos constituci­onalistas” con Cs y PSC en el mayor número de municipios posibles, especialme­nte en el área metropolit­ana, “Si logramos gobernar las dos terceras partes de Catalunya, romperemos la quimera independen­tista”, defiende Casado.

La prioridad de los populares pasa por recuperar las alcaldías de Badalona y Castelldef­els, y para ello necesitará el apoyo de socialista­s y liberales. Como contrapart­ida, el PP ofrecería el voto de sus concejales para evitar que gobierne el independen­tismo en Tarragona y Lleida. En Barcelona apoyará la lista de Valls si esta es la más votada y tiene opciones de formar gobierno.

Varios dirigentes avisan del “riesgo de desaparece­r” en Barcelona si no van con el francocata­lán

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CHRISTOPHE PETIT TESSON / EFE / ARCHIVO Manuel Valls, en su despedida como diputado de la Asamblea Nacional francesa

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