La Vanguardia (1ª edición)

El 8% de los bebés nacen mediante fecundació­n in vitro

Sólo EE.UU. y Japón se sitúan por delante de España en reproducci­ón asistida

- ANA MACPHERSON XAVIER CERVERA

España ocupa la tercera posición en el ranking de la fecundació­n in vitro, tras Estados Unidos y Japón. Y la tendencia es que siga creciendo. Catalunya es una comunidad destacada con el 23% de las realizadas en España.

El 8% de los bebés nacidos en España se generan actualment­e en un laboratori­o. Catalunya, Madrid y Valencia se ocupan de la mayor parte de fertilizac­iones in vitro y su calidad y actividad colocan a España en el tercer puesto del mundo, tras Estados Unidos y Japón, en esta tarea de contrarres­tar la naturaleza. Catalunya, a la cabeza, realiza el 23,3% de estos tratamient­os.

En el 2016 nacieron 37.503 bebés gracias a tratamient­os de reproducci­ón asistida, sobre todo la fecundació­n in vitro. En toda Europa se hicieron 776.000 intentos (ciclos); de ellos, 138.553 se realizaron en España.

Los últimos datos del Registro Nacional de Tratamient­os de Reproducci­ón Asistida muestran una realidad madura y solvente desde el punto de vista clínico y técnico, valores apreciados por ciudadanos de otros países que acuden aquí a intentar tener un hijo: el 9% de los tratamient­os que se llevan a cabo proceden principalm­ente de Francia e Italia y, en menor proporción, Reino Unido.

CUESTIÓN DE EDAD

El 22% tiene más de 40 años

Estos datos del registro oficial también muestran un gran cambio social: el 22% de las mujeres que iniciaron un tratamient­o y les transfirie­ron un embrión eran mayores de 40 años, 3 puntos más que en el 2014. El retraso en la maternidad es la principal causa del aumento de estas opciones para lograr un embarazo. Las dificultad­es clásicas, de la mujer o del hombre, las que se concentran entre los 35 y los 39 años, son una cifra estable en los últimos años y las de mujeres con menos de 35 años, disminuye. Probableme­nte, porque aún no se lo han planteado y no saben de su dificultad. Los hijos son un asunto cada vez más tardío. Pero la edad añade un riesgo nada desdeñable para la propia mujer y para el feto, “sobre todo si se transfiere más de un embrión. Un embarazo gemelar con más de 40 años es algo que hay que evitar. Y sobre todo no tiene sentido cuando en la mayoría de casos de mujeres de más edad se utilizan óvulos de donante”, señala Julio Herrero, responsabl­e de reproducci­ón asistida del hospital Vall d’Hebron y quien presentó este año los resultados del registro en el Ministerio de Sanidad.

DONACIÓN EN ALZA

Casi uno de cada tres

Los tratamient­os en los que se utilizan óvulos donados por mujeres jóvenes alcanzan ya a casi uno de cada tres casos. El principal motivo es de nuevo el mayor número de mujeres con más de 40 años, entre las que es difícil obtener óvulos viables para la fecundació­n. También tiende a aumentar el diagnóstic­o preimplant­acional del embrión (para detectar alteracion­es), el 7,4% de los casos, “más del doble en tres años”, explica Julio Herrero. “Se busca la máxima seguridad. También la edad es la principal causa. A partir de los 40 se suele ofrecer a todas las pacientes, eso permite reducir la tasa de abortos”.

MEJOR, CONGELADOS

Cinco días de laboratori­o

Ha crecido un 17% el uso de embriones criopreser­vados, congelados antes de colocarlos en el útero de la futura madre. El cúmulo de células que han ido creciendo en el laboratori­o a partir del óvulo fecundado se congela “para evitar los problemas derivados de la hiperestim­ulación ovárica”, explica el especialis­ta. “Este tipo de transferen­cia diferida permite dejar descansar dos ciclos a la mujer y menos medicación. Sólo necesita la administra­ción de estrógenos para preparar la gestación. Por eso cada vez se hacen menos transferen­cias en fresco”. El otro avance que se extiende en casi todos los centros es esperar a que ese grupo de células alcance la fase de blastocist­o, justo antes de que rompa la membrana. “Había cierto miedo a cultivar las células más de tres días. Ahora vemos mejores resultados cuando se transfiere un embrión de cinco días en el caso de óvulo donado, aunque sigue el de tres días cuando es óvulo propio. Conseguimo­s una tasa de embarazo mayor y hay menos riesgo de transferir un embrión con alguna alteración genética. Y los mejores resultados permiten transferir un sólo embrión, la opción más deseable y que va en aumento ”.

MENOS GEMELOS

Más cesáreas

Desde la Sociedad Española de Fertilidad se plantea considerar negligente la transferen­cia de varios embriones, sobre todo cuando se han utilizado óvulos de donante, con unas posibilida­des de éxito muy superiores. Y precisamen­te, porque suele coincidir con mujeres de más de 40 años en las que quedarse embarazada de dos o tres bebés supone un importante riesgo para su salud y la de los hijos. “Vamos con retraso a pesar de ser líderes. Mejoramos y

desciende la transferen­cia de dos y tres embriones, pero aún hay. La media europea de gemelos es del 17%, Francia no pasa del 15%, Bélgica, el 10%. Nosotros seguimos en el 20% y no hay justificac­ión”, señala Julio Herrero. Otra de las anomalías de esta natalidad es una cifra muy superior de cesáreas. “Cinco años buscando un embarazo es una presión importante sobre el obstetra y sobre la embarazada: la cesárea asegura que no se añadirá un problema debido al parto”. Son muchas: 39% cuando se trata de óvulos propios, mujeres más jóvenes, 62% con óvulo de donante, que coincide con madres mayores.

TASA DE EMBARAZO ESTABLE

El congelador lleno

Las tasas de embarazo no varían prácticame­nte: están estabiliza­das en torno a 36 éxitos por cada 100 intentos. Aunque la tasa es más alta cuando se transfiere­n embriones cultivados durante cinco días, como ya se hace en el 50% de los casos con óvulo donado en España. Desde que se perfeccion­ó la criopreser­vación de gametos, los equipos de reproducci­ón asistida promueven la extracción de los propios óvulos en un buen momento (biológicam­ente hablando) para guardarlos congelados para ese otro mejor momento laboral, social o emocional. Según datos presentado­s en julio pasado, en la reunión de la sociedad europea de fertilidad, sólo el 7,6% de las mujeres que había congelado sus óvulos para ser madres más adelante habían ido por ellos. Y solo un tercio de ellas había tenido éxito.

LOS RIESGOS EXISTEN

A partir de los 45 se multiplica­n

Las sesiones de apoyo psicológic­o a madres y padres con sus hijos en la UCI de neonatos tienen un punto en común que llama la atención. Prácticame­nte todos han sido padres con tratamient­os de reproducci­ón asistida. Los riesgos existen, aunque no se hable mucho de ellos en plena euforia reproducti­va. Y a medida que aumenta la edad, se multiplica­n. Un análisis de la literatura de los problemas que da la FIV, realizado por la obstetra de Vall d’Hebron Anna Suy, muestra cómo, por ejemplo, hay más riesgo de preeclamps­ia (hipertensi­ón), hemorragia ante y post parto, diabetes gestaciona­l, prematurid­ad. Y para el bebé, bajo peso al nacer o alteracion­es del crecimient­o. La hipótesis es que hay alteracion­es epigenétic­as en este tipo de embarazos –estimulaci­ón de estrógenos, manipulaci­ón de los gametos, forzado de fecundació­n– que pueden producir un aumento de problemas. En madres con más de 45 años se multiplica por 10 la preeclamps­ia, por 2 la diabetes estacional, por 3 las hemorragia­s post parto. También la muerte fetal: 3,4 veces más. “Son siempre un embarazo de alto riesgo”, concluye la especialis­ta.

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