Brigitte Léal
DRA. ADJUNTA CENTRO POMPIDOU
La última exposición sobre cubismo en Francia se hizo en 1953. El Centro Pompidou vuelve ahora a revisar este movimiento revolucionario remarcando su carácter heterogéneo más allá de Braque y Picasso. Léal es una de sus comisarias.
primera escultura cubista. El movimiento trasciende la pintura porque ya, en el Bateau-Lavoir de Montmartre, Juan Gris, Picasso y André Salmon se reúnen con Braque, Marie Laurencin, Metzinger, pero también con Apollinaire, Max Jacob. Y son habituales quienes permitirán que todo aquello cambie de manos: Kahnweiler y los hermanos Stein, fundamentalmente.
Igual efervescencia en La Ruche –subsiste como taller de artistas en el número 2 del pasaje Dantzig, que tuvo a Miró por vecino-, alojamiento de Archipenko, Léger, Henri Laurens, Zadkine, Chagall, Cendrars.
La ruptura de la forma homogénea en beneficio de los planos está fechada en 1910. Mientras Picasso retrata a sus dos grandes marchantes, Braque pinta en la Estaque sus paisajes analíticos. Céret recibe el año siguiente al dúo de inventores: Braque y Picasso realizan allí sus series de grandes retratos y bodegones. Ausentes de París, no figuran en la primera colectiva de obras cubistas, sala 41 del Salon des Indépendants.
Si en Courveboie, nordeste de París, el taller de Gleizes es teatro de tertulias –Léger, Metzinger, Archipenko, Picabia…– los hermanos Duchamp y Kupka son el eje del grupo de Puteaux, al oeste de la capital, apóstoles de un cubismo fundado en principios matemáticos. Normal, entonces, que añadan al grupo a un matemático, Maurice Princet. Y no hay que olvidar a Modigliani, Brancusi, Malévitch, Lépold Survage…
Pero es Picasso quien marca 1912: primer collage, Naturaleza muerta con silla de rejilla. Braque responde con el primer papier collé. Y las primeras construcciones de cartón recortado. André Mare presenta en el Salon La Maison cubiste; Gleizes y Metzinger publican Du cubisme. Otro libro, Les Peintres cubistes, de Apollinaire, coincide en 1913 con el Contraste de formas, de Fernand Léger. Y con el cubismo sintético de Braque y Picasso.
La Primera Guerra dispersa a los artistas franceses, en pleno desarrollo de la escultura cubista. Picasso, que soslayará tres guerras sin moverse de París, construye su guitarra de chapa y alambre. Y las series de Jarras de absenta.
En 1915, los soldados Braque y Cendrars caen heridos; Picabia, Duchamp y Gleizes se refugian en Nueva York. En París, además de Picasso, quedan los cubistas de países neutrales: Maria Blanchard, Csáky, Gris, Hayden, Lipchitz, Ortiz de Zárate, Picasso, Rivera, Severini, Ángel Zárraga. Laurens, desechado por el ejército, firma sus primeros papiers collés. También, sus primeras construcciones de madera y chapa.
El año siguiente, en vanguardia, es herido Apollinaire. Y en retaguardia, primera exposición de Las señoritas de Aviñón. En 1917 el cubismo escandaliza desde el escenario: Parade (Cocteau, Picasso, Erik Satié) y Les mamelles de Tirésias, de Apollinaire son silbados y aclamados. Y en 1918, fin de la guerra, de Apollinaire -muerto de gripe española-, y de la exposición.