¿Ingenuidad?
Hemos asistido al espectáculo, orquestado por Pablo Iglesias, de la visita que realizó a Oriol Junqueras en Lledoners, con el fin de negociar el voto de ERC a favor de los presupuestos generales del Estado. Y digo orquestado, por el séquito que le acompañó, a todas luces innecesario. Evidentemente, la reunión contaba con el consentimiento del presidente del Gobierno, pero Iglesias se presentó como el gran protagonista. Su ambición de poder se hizo evidente en el 2016 cuando pedía vicepresidencia y otros cargos importantes para votar afirmativamente la elección de Pedro Sánchez como presidente.
De momento, no parece que ERC esté por la labor, aunque en política, y sobre todo en los últimos tiempos, los cambios se suceden a una velocidad de vértigo y todos los partidos juegan las cartas que creen mejores para sus intereses, sin importarles lo que sería mejor para su país y para sus ciudadanos, que son, en definitiva, quienes van a votarles.
¿Peca ahora Pedro Sánchez de ingenuidad al confiar nuevamente en Pablo Iglesias? Porque si la negociación llega a buen término, este se pondrá la medalla y si no es así, será el Gobierno el que cargue con las consecuencias, ¿o no?
MERCÈ CUCURNY
Barcelona