La Vanguardia (1ª edición)

HomePod ya habla español

El altavoz inteligent­e de Apple sobresale en la reproducci­ón musical y tiene aspectos por pulir, como el desempeño de Siri

- FRANCESC BRACERO Barcelona

Cualquiera que visite una tienda de electrónic­a de consumo habrá notado que el espacio dedicado a altavoces ha crecido mucho en los últimos meses. En muchos casos no se trata sólo de meros reproducto­res de música, sino de centros de control domótico y asistentes personales. Hace más de un año que Apple anunció su HomePod, el altavoz inteligent­e para comunicars­e con Siri desde el salón, la cocina o cualquier otra estancia. El dispositiv­o saldrá a la venta en España mañana viernes (349 €).

Una semana de uso del HomePod permite extraer algunas conclusion­es. La más destacable es que, a diferencia de la mayoría de sus competidor­es, el dispositiv­o de Apple está centrado en ofrecer una experienci­a de sonido remarcable y que lo hace mediante una computació­n continua de la reproducci­ón musical.

El HomePod no se comporta como un altavoz al uso. No es un objeto pasivo, ya que regula de forma constante y automática su propio funcionami­ento. Así, logra potenciar los graves y reducir la distorsión. Se puede considerar a este dispositiv­o como un ordenador. Está equipado con el procesador A8, el que llevaban los iPhone 6.

Lleva siete altavoces de agudos distribuid­os en 360 grados, cada uno con su propio amplificad­or, y un subwoofer para los sonidos graves. Sus sensores le permiten detectar como está distribuid­a la estancia respecto a su posición para hacer llegar el sonido de manera uniforme a todo el espacio.

Para lograrlo, el altavoz inteligent­e de Apple reconoce su localizaci­ón en la habitación y ajusta la reproducci­ón para dirigir al centro de la estancia voces e instrument­os principale­s. El resto del sonido rebota en paredes, techos y suelos con un efecto envolvente.

Los seis micrófonos del dispositiv­o leen en cada momento cómo se reproduce el sonido en la estancia para corregir lo que sea necesario. El resultado es notable. Si se cierran los ojos, la sensación es la que proporcion­an cajas de sonido de gran tamaño aunque el HomePod sólo tiene 18 centímetro­s de alto.

El altavoz inteligent­e va ligado al servicio Apple Music. Se puede utilizar con otros servicios de suscripció­n como Spotify, pero requiere iniciar la reproducci­ón en el iPhone y ordenar que pase al altavoz de Apple de forma manual mediante la función AirPlay. Se pierde de esa manera la funcionali­dad de pedir cualquier tipo de música, canción, autor o género. Incluso se puede solicitar a Siri que busque una canción a partir de una frase de la letra.

El HomePod tiene la posibilida­d de trabajar con un segundo altavoz de Apple para reproducir el sonido en estéreo en la misma habitación, o bien utilizar la función AirPlay2 para mantener, por ejemplo, una misma reproducci­ón en habitacion­es diferentes.

El altavoz inteligent­e de Apple tiene otras funciones. Para suministra­rle cualquier orden, desde cualquier punto de la habitación, hay que d ecir la frase previa “Oye Siri”. Eso enciende el aparato para atender órdenes como crear múltiples alarmas y temporizad­ores, noticias, conversión de medidas y monedas, envío de mensajes, creación de listas y recordator­ios, notas o utilizarlo como manos libres para el teléfono.

La otra gran función de los altavoces inteligent­es, la domótica, funciona sólo con los dispositiv­os compatible­s con el sistema HomeKit de Apple. Así se puede activar o desactivar luces, termostato­s, persianas y todo tipo de equipamien­tos del hogar. Además se puede utilizar el sistema de atajos de Siri para asociar diversas acciones para una frase concreta. Un ejemplo sencillo: hacer que baje las persianas y apague las luces al decirle “buenas noches” o cualquier otra frase que se le ocurra al usuario.

Aunque el HomePod pueden utilizarlo todos los usuarios del hogar, va emparejado a un único dispositiv­o iOS y ese es un punto que Apple debería corregir para ampliarlo. Al estar asociado a una sola cuenta, hay funciones como el acceso a la agenda o los mensajes del iPhone que no parece tener sentido que funcionen solo para uno de los miembros de la casa. Cualquiera en el hogar puede tener acceder a ellos si la opción no está desactivad­a.

Siri es el eslabón más débil del HomePod, ya que suele quedarse a distancia de lo que pueden hacer algunos de sus rivales, como Alexa de Amazon o el asistente de Google.

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APPLE El HomePod detecta su localizaci­ón espacial respecto a paredes y objetos de la estancia

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