La Vanguardia (1ª edición)

Insondable Volodos

El pianista ruso lleva al público de la inauguraci­ón de Ibercamera a las profundida­des de Rajmáninov y Scriabin

- Maricel Chavarría

Cuando Arcadi Volodos era un nombre que en Barcelona sonaba a estrella inalcanzab­le –ya en los noventa le bautizaron como el nuevo Horowitz–, el promotor Josep Maria Prat se encargó de programarl­e en la temporada Ibercamera. En abril del año 2000, con 28 años, el pianista ruso irrumpía en este ciclo con un recital legendario (Schubert, Rajmáninov y Liszt) que acabó con once bises.

“Si quieres hago uno más y así batiremos el récord de mi debut en el Carnegie Hall”, cuenta Prat que le sugirió cuando alguien del público desplegó una pancarta desde la zona del coro del Palau de la Música pidiéndole la Marcha turca.

De su debut en el Carnegie Hall habían transcurri­do apenas dos años. Y desde entonces Volodos no ha dejado de regresar a Barcelona. Anoche fue la novena vez que actuó para Ibercamera, inaugurand­o la 35.ª edición. Interpretó un repertorio de música rusa que de nuevo le acercaba a Rajmáninov y a Scriabin, con los que de nuevo dejó clavado al público que abarrotaba el Palau en sus butacas.

Pianista de pianistas –Pires, Argerich, Volodin o Trifonov lo adoran–, arrancó con Schubert, un terreno que con los años va haciendo de manera más y más personal. Interpretó la Primera sonata de un joven Schubert, seguida de los 6 Moments musicaux. Y tras la pausa, en un Palau animado, paso luego a esa fuente de genuina inquietud que es Rajmáninov, con tres de sus preludios, más su propia versión de la Séptima romanza. “Empezar a componer mis propios arreglos me ayudó mucho a desarrolla­r mi oído interior”, declaró en su última entrevista a este diario. Y siguió con la Sérénade núm. 5 y el tercero de los Études-tableaux.

La caracterís­tica fuerza de la pianística rusa, su color, su concepto de la poética, ha ido cambiando en Volodos con el tiempo. No en vano lleva años fuera de su San Petersburg­o natal y de su formación superior en Moscú. Pero, en cambio, el virtuoso pianista, establecid­o en España desde tiempo atrás, dejó ver ese viaje sin fin a una rara profundida­d que ha emprendido últimament­e. La personalid­ad de su fraseo marcó una diferencia al llegar a Scriabin. Especialme­nte en la breve y lumínica Enigme .Oenesa gran llamarada virtuosa que ofreció en Vers la flamme.

Es curioso cómo Volodos se ha preservado en su carrera. Toca sólo lo que quiere, donde quiere y con los directores que le gustan. Y en cuanto a grabar, “todo se ha grabado ya cien veces; si lo haces es porque has madurado mucho una pieza”. Entre esas piezas, el Vivaldi que ofreció en la tanda de bises en su versión, entre otros preludios de Scriabin y un Intermezzo de Brahms.

Así empezaba la 35.ª temporada Ibercamera, que incluye talentos nuevos, como Varvara y el violinista Fumiaki Miura, y otros valores referencia­les, como Maria João Pires y Pinchas Zukerman, intérprete­s reconocido­s que llevan desde hace 35 años con Ibercamera. No en vano la temporada suma ya mil conciertos, 240.000 intérprete­s y 380 orquestas.

Era la novena ocasión en que el intérprete actúa en el ciclo barcelonés, con el que mantiene su fidelidad

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? Arcadi Volodos, anoche en el Palau de la Música, donde interpretó un repertorio de música rusa
MANÉ ESPINOSA Arcadi Volodos, anoche en el Palau de la Música, donde interpretó un repertorio de música rusa
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain