Rafinha clama continuidad
El sustituto de Messi corona con gol una buena actuación individual
Ni Dembélé, perjudicado por su deplorable actuación contra el Sevilla, ni Malcom, que sigue sin entrar en los planes del entrenador. Ernesto Valverde optó por Rafinha como sustituto de Messi en lo que parecía un tratamiento conservador para paliar la angustiosa ausencia del gran astro del fútbol mundial. El hispanobrasileño sólo había disfrutado previamente de una titularidad, en el campo de la Real Sociedad, y no resultó una experiencia productiva. Desprendía el aroma insulso del futbolista de relleno que está en el Camp Nou porque no ha encontrado un destino alternativo.
A él le hubiera gustado permanecer en el Inter, donde jugó cedido la segunda parte de la temporada pasada y obtuvo un merecido protagonismo, pero el club italiano se negó a hacer efectivo el compromiso de compra por 35 millones que había adquirido con el Barcelona. En las oficinas del club blaugrana asombra la falta de seriedad de la entidad milanesa en esta operación. Hasta el último día de mercado Rafinha estuvo pendiente de destino, pero el Betis no aportó la cantidad suficiente y el jugador se quedó en Barcelona. Es de una clase de jugadores que abunda en el club: tan buenos como para resultar caros en el mercado pero con mínimas carencias como para figurar en los altares del Camp Nou. Un perfil de jugadores forzados a aprovechar el momento, a rentabilizar al máximo los minutos esporádicos, a aprender a rendir sin continuidad.
Para desgracia del Inter, que le dejó colgado, Rafinha aprovechó el día. Situado en la demarcación de Messi, como extremo con tendencia a desplazarse al interior, presentó un elevado nivel de actividad. Correcto en los movimientos, mantuvo la simbiosis con el equipo, dio fluidez al juego, estuvo bien de espaldas a la portería y se ofreció entre líneas. Desde su butaca en el estadio, con el brazo en cabestrillo, acompañado por su hijo Thiago, Messi asentía ante la actuación de su recambio. Y Leo sonrió abiertamente cuando sus sustituto remachó el primer gol de la noche en una acción de delantero centro, llegando en carrera a la frontal del área para conectar al primer toque un majestuoso centro de Luis Suárez.
Inconcebiblemente prescindió de celebrar el primer gol de su vida en la Liga de Campeones en agradecimiento al club que, aunque
Leo, acompañado por su hijo Thiago, sonrió abiertamente en la butaca cuando Rafinha abrió el marcador
después le rechazara, le había dado la oportunidad de congraciarse y sentirse importante después de una carrera intermitente, marcada por lesiones de gravedad. Fue el duodécimo gol de Rafinha con el Barcelona, uno más de los que llegó a facturar su hermano Thiago. “Después de un tiempo sin jugar, muy contento por la titularidad, la oportunidad y la actuación”, celebró al término de un partido en el que fue despedido con ovación al ser relevado por Semedo en el 77.
Habida cuenta de la moderación de Ernesto Valverde en sus propuestas, Rafinha se ha reivindicado como alternativa número uno y ha ganado muchos enteros para repetir titularidad el próximo domingo contra el Real Madrid y contribuir a suavizar a base de esfuerzo y espíritu colectivo la privación de Messi. “Llegamos con mucha confianza al clásico. Vamos a ir a por todas”, enfatizó, con la satisfacción del jugador de casa.
Ni obrero ni capataz, pero con la sabiduría adquirida en años de aprendizaje y profesionalismo en el Barcelona. La esencia nunca se pierde.
El Inter, donde jugó cedido el pasado curso, incumplió el compromiso de compra obligatoria del jugador