Galán dice que la supresión de impuestos ya se nota en los precios
“Nuestros activos hidroeléctricos y nucleares no se encuentran totalmente amortizados”, respondió ayer el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, a los analistas en la presentación de los resultados. De esta forma, el directivo criticaba una de las propuestas del Gobierno recogida en el plan presupuestario en materia energética, que defendía que ambas tecnologías contaban con “beneficios caídos del cielo” debido a que sus infraestructuras están amortizadas hace tiempo. Es más, cuantificó que en el balance de la compañía la nuclear genera pérdidas de unos 100 millones y la hidroeléctrica el año pasado también obtuvo un resultado negativo “al ser un año particularmente seco” debido a unos impuestos que se impusieron en el 2013.
Sánchez Galán aprovechó su intervención para dar una de cal y otra de arena al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Tras esa critica, alabó la eliminación del impuesto del 7% sobre la generación y el llamado céntimo verde para el gas “puesto que ambas medidas están teniendo un impacto directo en los precios del mercado mayorista, reduciendo las importaciones de energía y los precios para los consumidores”.
Al mismo tiempo, Sánchez Galán aclaró que la CNMV ha solicitado a las eléctricas información sobre una posible revisión del valor de sus activos de generación de electricidad en España por posibles deterioros.
La eléctrica, con sede en Bilbao, obtuvo un beneficio neto de 2.091 millones en los nueve primeros meses del año, un 13,5% menos que en el mismo periodo del ejercicio pasado. Y ello se debe a que el año pasado registró un beneficio extraordinario de 759 millones hasta septiembre por la fusión de la división eólica de Siemens con Gamesa, de la que Iberdrola es accionista; y por la reorganización de sus activos en Brasil. No obstante, el resultado ordinario aumentó un 38%, hasta los 2.051,3 millones. Sánchez Galán reiteró que la eléctrica mantiene la previsión de cerrar el 2018 con un beneficio neto de unos 3.000 millones.
El beneficio neto cae un 13,5% por la falta de extraordinarios, pero el ordinario sube un 38%