Los libros como refugio
La sociedad literaria y el pastel de piel de patata Dirección: Mike Newell Intérpretes: Matthew Goode, Lily James, Tom Couternay, Jessica Brown Findlay Producción: Gran Bretaña y EE.UU., 2018. Drama histórico. Duración: 124 min. Luce uno de los títulos más largos de la historia del cine, lo que tal vez influyera en que un primer proyecto de esta película fuera rechazado pocas semanas antes de iniciarse su rodaje bajo la dirección de Don Roos, que aquí figura como coguionista. Autor de grandes éxitos comerciales como Cuatro bodas y un funeral o Harry Potter y el cáliz de fuego, el prolífico y veterano realizador británico Mike Newell se ha encargado de filmar esta adaptación de la novela epistolar escrita por las norteamericanas Mary Ann Shaffer y su sobrina Annie Barrows, que ultimó su redacción, pues Shaffer fallecía en 2008, año en que el libro fue finalmente publicado en Estados Unidos, convirtiéndose en un best seller. Con el trasfondo de la II Guerra Mundial ya dejada atrás y de la ocupación alemana de la isla británica de Guernsey, la película relata la aventura investigadora de Juliet, una joven periodista y escritora (encarnada por Lily James, vista en la comedia musical Mamma mia! Una y otra vez), en busca de argumentos para su segunda novela. Intercambia correspondencia con un hombre de la isla, integrante de un club de lectura que les sirve de tapadera para reunirse colectivamente a pesar del férreo control de los nazis. La acción se desarrolla en 1946, pero con frecuentes saltos al terrible periodo bélico sufrido entre 1940 y 1945. Como rememora uno de los personajes: “Una buena comida era solo un recuerdo”. De ahí el explícito título que nos devuelve a unos tiempos de profundas desigualdades sociales, donde el desequilibrio de poder entre hombres y mujeres levanta fronteras insoslayables. Con una ambientación impecable y unos actores de gran solidez interpretativa, esta película de Mike Newell transita por terrenos dispares y hasta contrapuestos, pero sin precipitarse al abismo de la fruslería y la necedad. Con un fondo de romanticismo nada oxidado, sino reflejo de unos tiempos en que predominaba la apariencia y el engaño, el filme enlaza perfectamente cine y literatura.