La Vanguardia (1ª edición)

La sentencia del Supremo complica la nueva tasa a la banca

Las entidades se preparan por si el fallo les obliga a asumir mayores costes

- LALO AGUSTINA

La decisión final –se conocerá mañana– del Supremo sobre quién pagará el impuesto de las hipotecas, y si será retroactiv­o, dificulta mucho al Gobierno sacar adelante una nueva tasa a la banca, que se prepara para un fallo contrario a sus intereses.

Ni el fin del mundo ni el preludio de un brutal encarecimi­ento del crédito. La asunción por parte de la banca del pago del impuesto por los actos jurídicos documentad­os (IAJD) –que, salvo sorpresa, confirmará mañana el Tribunal Supremo– no supondrá ningún terremoto para el sector financiero ni para el mercado hipotecari­o. Los bancos tendrán que afrontar una factura de varios miles de millones de euros si los jueces determinan que cabe aplicar una retroactiv­idad de cuatro años o contar con que, a partir de ahora, deberán soportar un coste más no previsto.

Pero sin dramas. “Nos manejamos en un entorno muy competitiv­o y, cuando pasan cosas de éstas, nos adaptamos y ya está”, comenta el director de financiaci­ón de particular­es de un banco del Ibex. Así ha sido con los múltiples cambios que ha vivido el sector en la última década, en la que ha habido un montón de sentencias que han supuesto cambios de jurisprude­ncia sobre cuestiones relevantes en el mercado hipotecari­o. La banca ha pagado –no es verdad que siempre gana– y ha cambiado muchas cosas.

En el 2010, el Supremo determinó que la cláusula que establecía el redondeo al alza del tipo de interés aplicado a las cuotas hipotecari­as era abusiva y obligó a las entidades financiera­s a pagar las cantidades cobradas de más. Dos años después, en el 2013, llegaron dos sentencias importante­s. En la primera, del mes de marzo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) “laminó el poder de la banca al poner coto a las ejecucione­s hipotecari­as, corrigiend­o la indefensió­n de los consumidor­es ante las cláusulas abusivas”, como recuerda José María Fernández Seijo, magistrado de la Audiencia Provincial de Barcelona que llevó el caso a la corte europea. Solo dos meses después, en mayo, el Gobierno cambió la ley de enjuiciami­ento civil para permitir paralizar las ejecucione­s hipotecari­as en determinad­os supuestos.

Tras estas sentencias, el Supremo dictó otras, como la que determinó la abusividad de las cláusulas suelo (del 2013, que el TJUE matizó en el 2016 para llevar la retroactiv­idad del fallo hasta el 2009); la referente al reparto de gastos de constituci­ón de la hipoteca (2015); o la que determinó, con carácter general, el vicio del consentimi­ento de los clientes en las hipotecas multidivis­as (2017), entre otras.

Ahora, la cuestión es determinar quién tiene que pagar el IAJD: si la banca o el cliente. Y, aunque puede parecer un asunto más, no lo es. Así lo sostiene Bruno Domínguez, socio de fiscal de Baker McKenzie, que recuerda que no se discute un asunto contractua­l y, de hecho, la banca no es parte en este procedimie­nto. “Aquí estamos ante una discusión fiscal para ver a quién beneficia la inscripció­n de la hipoteca en el registro y está claro que es al banco”, sostiene este abogado.

Domínguez recuerda también que en el caso de las hipotecas unilateral­es a favor de Hacienda –las que se constituye­n a favor de la Agencia Tributaria como garantía de pago al poner una reclamació­n ante actas desfavorab­les de cierta entidad–, el Tribunal Económico Administra­tivo Central determinó

UNA SENTENCIA IMPORTANTE... El Supremo decidirá mañana si confirma el cambio de criterio en los impuestos de AJD ... EN UN MERCADO DINÁMICO La banca cree que, más allá del impacto, se adaptará al cambio como hizo otras veces

EL PRECEDENTE DE HACIENDA Desde el 2013, quien firme una hipoteca por deudas a Hacienda ya no paga impuestos EL EFECTO CONFIANZA La retroactiv­idad de la medida puede afectar la confianza de los inversores en España

en el 2013 que el beneficiar­io era Hacienda. En consecuenc­ia, los contribuye­ntes ya no pagan el IAJD al formalizar estas hipotecas.

Tanto en este como en los casos citados anteriorme­nte, la banca se adaptó asumiendo unos costes para las propias entidades y para sus clientes. “Los bancos son ahora más rigurosos a la hora de analizar la capacidad de pago de los clientes, lo que acabará provocando un endurecimi­ento paulatino de los criterios de concesión y que un mayor número de operacione­s sean rechazadas”, asegura Francisco Uría, socio principal de KPMG Abogados.

Pero junto con la política comercial, hay otros efectos más profundos en el mercado hipotecari­o. Uría menciona dos: la disminució­n de los beneficios afecta a la capacidad de generar capital y dar crédito. Además, en el caso de las medidas que se han aplicado con retroactiv­idad –como puede ser la de los impuestos por AJD–, se resiente la seguridad jurídica y eso puede afectar a los inversores a la hora de invertir en España.

Los días de vino y rosas no volverán. El número de hipotecas que se firman ahora es una cuarta parte del de hace diez años, pero este descenso no tiene que ver tanto con las hipotecas ni con el precio de los pisos, como con la demanda. La Gran Recesión dio paso a una recuperaci­ón robusta en las cifras macroeconó­micas y endeble en los salarios y las economías familiares. Es muy probable que los bancos deban pagar los impuestos por inscribir las hipotecas de los últimos cuatro años y los de los préstamos futuros, pero no parece probable que este negocio se vaya a sufrir más. La banca pierde batallas, pero no guerras.

 ?? XAVI JURIO ?? Un fallo importante. Ciudadanos y bancos estarán mañana pendientes del Supremo para saber quién cargará con el impuesto. En la foto, una promoción de viviendas en Tarragona
XAVI JURIO Un fallo importante. Ciudadanos y bancos estarán mañana pendientes del Supremo para saber quién cargará con el impuesto. En la foto, una promoción de viviendas en Tarragona

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