Horas bajas para los ‘sarraf ’
Los iraníes tienen ya mucha experiencia en saltarse sanciones internacionales, que no han dejado de existir desde la proclamación de la República Islámica, hace 40 años. Desde entonces recurren a la figura del sarraf , un intermediario con conexiones en todo el mundo, para mover dinero hacia el extranjero o entrar divisas al país. Pero ahora Dubái, donde muchos sarraf tenían sus sucursales, ha cerrado las puertas a la cooperación con Irán. Y los bancos no quieren hacer transacciones con este país por miedo a ser castigados desde EE.UU. También la mayoría de los grandes grupos europeos han abandonado Irán a pesar de que la Unión Europea se mantiene en el acuerdo nuclear y ha buscado mecanismos para que sus empresas puedan seguir haciendo negocios.