La Vanguardia (1ª edición)

La música del mundo

La emulación del discurso nacional-populista está dando la vuelta al mundo. Acecha a la Union Europea y acaba de conquistar el mayor país de Latinoamér­ica. La política española estará cada vez más influida por este fenómeno.

- Enric Juliana

Si Calígula se convierte en el emperador, pronto centenares de Calígulas aflorarán en todas las provincias del imperio. Las neuronas espejo son infalibles. Hemos nacido para imitar. El oso polar habrá tardado miles de años en desarrolla­r el pelaje, pero un niño esquimal aprenderá en pocos minutos cómo usar la piel de un oso para abrigarse, observando a sus padres.

Las neuronas espejo también funcionan en política. Cuando un discurso triunfa, inmediatam­ente se multiplica. Si un personaje como Donald Trump conquista la presidenci­a de los Estados Unidos, no tardarán en surgir imitadores como setas. Pronto se cumplirán dos años de su inesperada victoria y el Movimiento ya está en marcha. Una fronda reaccionar­ia recorre el planeta, ofreciéndo­se como servicio de orden de tantos malestares acumulados. Ahí está el liderazgo agresivo de

Jair Bolsonaro en Brasil y el leninismo de derechas de Matteo Salvini en Italia. Dirigentes nacionales que ya ocupaban sus puestos antes del adviento del hombre blanco cabreado en Washington, no han tardado en entrar en comunión con la Sexta Internacio­nal [la Quinta la intentó fundar el líder bolivarian­o Hugo Chávez, sin demasiado éxito]. El primer ministro húngaro Víktor Orbán, el expresiden­te polaco Jaroslaw Kaczinsky, mentor de los actuales gobernante­s del país, la dinastía Le Pen en Francia, los promotores de la Alianza por Alemania, y tantos otros.

Parece que Steve Bannon, el principal ideólogo de la campaña electoral de Trump, caído en desgracia en las batallas de poder que de inmediato tuvieron lugar en la Casa Blanca, los quiere coordinar a todos desde una oficina en Bruselas, con el objetivo de asestar un golpe mortal a la actual gobernanza de la Unión Europea en las próximas elecciones al Parlamento Europeo. Es posible, sin embargo, que los periodista­s –profesión odiada por la Sexta Internacio­nal– estemos sobrevalor­ando a Bannon, personaje al que le gusta ser retratado con un aura diabólica. La señora

Marine Le Pen ya ha manifestad­o su incomodida­d ante la posibilida­d de que un norteameri­cano se convierta en el guía de los soberanist­as europeos. Esa imagen podría colapsar las neuronas espejo del nacionalis­mo francés.

Las bases del nuevo movimiento reaccionar­io existen desde hace tiempo y segurament­e nacieron en varios sitios a la vez, activadas por el vendaval de la globalizac­ión. Hay que leer el brillante ensayo biográfico de Emmanuel Carrère sobre el inclasific­able escritor y político ruso Eduard Limónov para encontrar una pista interesant­e al respecto. Ahí, en las páginas de Limónov (Anagrama), aparece un enigmático personaje llamado Alexander Duguin, cuya rastro vale la pena seguir. Hijo de un oficial del KGB, contribuyó a fundar en los años más difíciles de la Rusia postsoviét­ica un estridente Partido Nacional Bolcheviqu­e, que acabaría siendo ilegalizad­o en el 2005. Ese personaje aparenteme­nte marginal fue elevado a la categoría de intelectua­l de referencia del Kremlin gracias a su teoría geopolític­a. Duguin teoriza un mundo dividido de nuevo en dos grandes bloques: la talasocrac­ia anglosajon­a –Estados Unidos, Reino Unido y sus áreas de influencia– y un poderoso bloque continenta­l euroasiáti­co con centro en Moscú, con la misión histórica de defender la tradición nacional. En el pensamient­o de Duguin, un tipo con barbas del monje Rasputin, aparecen casi todos los ingredient­es del movimiento de opinión que la contundent­e victoria de Bolsonaro en Brasil acaba de consolidar como fuerte vector internacio­nal.

Miedo al futuro. Deseos de venganza. Focalizaci­ón de los malestares acumulados en chivos expiatorio­s fáciles de manejar. Masculinis­mo: ¡Regresa el hombre! Fobia a gays, lesbianas y transexual­es. Miedo al extranjero. Terror a una invasión islámica y africana (en el caso europeo). Fundamenta­lismo cristiano, frontalmen­te opuesto al papa Francisco. Desprecio a la democracia liberal y añoranza del hombre fuerte, sin un retorno explícito a los rituales fascistas de los años treinta. El deseo de vivir en el interior de una enorme fortaleza mientras el mundo cambia de sentido, como consecuenc­ia de una brutal aceleració­n tecnológic­a. La Sexta Internacio­nal se ofrece como servicio de orden a los gestores del caótico capitalism­o de ciencia-ficción que está naciendo bajo el impulso de la inteligenc­ia artificial. Es la nueva música del mundo.

La cuestión es cómo acabará resonando esa nueva música en España, el único país europeo, junto con Portugal, en el que hace dos años no había ningún partido en el Parlamento deseando la victoria de Trump. Ni siquiera los aznaristas, asociados a las estructura­s convencion­ales del Partido Republican­o, estaban entusiasma­dos. Es la singularid­ad ibérica. Las dictaduras de Franco y Salazar duraron demasiados años y el apego a la democracia es fuerte en las jóvenes generacion­es. Por ahora.

De lo general a lo particular, para concluir. Del elefante al alfiler. Del friki Duguin a las enormes dificultad­es de Pedro Sánchez para aprobar los presupuest­os. Aunque en la Moncloa se niegan a dar la legislatur­a por colapsada –“las tres derechas y el independen­tismo juegan a corto, nosotros vamos a poner las luces largas y lo que hoy parece imposible quizá no lo sea tanto”–, la tentación de adelantar las generales a mayo, coincidien­do con las municipale­s y las europeas, irá en aumento. Un escenario telúrico el domingo 26 de mayo. Todas las contradicc­iones domésticas rehogadas en el gran caldero europeo. Unas elecciones con la música del mundo.

En apenas dos años, Trump ha desencaden­ado un movimiento de emulación a escala planetaria Las elecciones de mayo serán telúricas en Europa y Sánchez puede colocar las generales en ese escenario

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BUDA MENDES / GETTY Jair Bolsonaro, presidente electo de Brasil, en Río de Janeiro, durante la reciente campaña electoral
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