La Vanguardia (1ª edición)

La CIA acusa al heredero saudí del asesinato de Khashoggi

La CIA señala al hermano del heredero saudí, embajador en Estados Unidos

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

La orden para asesinar al periodista Jamal Khashoggi, crítico con el régimen saudí, partió directamen­te del príncipe heredero y hombre fuerte, Mohamed bin Salman, según la CIA.

Las órdenes para asesinar, descuartiz­ar y hacer desaparece­r el cadáver del periodista Jamal Khashoggi, crítico con el régimen saudí, partieron del príncipe heredero, Mohamed bin Salman, según han concluido los servicios de espionaje estadounid­enses, que descartan que fuera obra de un equipo de agentes que actuara por libre como pretende Riad.

La prueba más concluyent­e examinada por la CIA es la llamada que Khalid bin Salman, embajador en Washington y hermano del heredero, realizó a Khashoggi en septiembre para animarle a ir con total tranquilid­ad al consulado saudí en Estambul para hacer allí el papeleo que necesitaba para poder casarse.

No está claro que Khalid estuviera al tanto de lo que le esperaba a Khashoggi al llegar a la delegación diplomátic­a, un equipo de 15 agentes saudíes que voló expresamen­te a Turquía para cumplir su plan criminal. Pero la CIA está convencida de que hizo la embaucador­a llamada a instancias de su hermano, reveló ayer The Washington Post citando fuentes oficiales.

El embajador saudí abandonó Washington hace algunas semanas pero ayer difundió un rotundo desmentido sobre estas informacio­nes, confirmada­s después por otros medios e implícitam­ente por el propio presidente Donald Trump. Varios periodista­s publicaron ayer mensajes remitidos antes por Khalid difundiend­o las múltiples y contradict­orias versiones del Gobierno saudí sobre qué le ocurrió a Khashoggi aquel aciago 2 de octubre.

Primero defendiero­n que salió por su propio pie del consulado (hay un vídeo de un hombre vestido con su ropa, cuando se presume que Khashoggi ya estaba muerto). Luego admitió que había muerto, pero en un forcejeo tras una discusión en el consulado. La versión actual de la Fiscalía es que el crimen fue obra de un comando de once personas –pide la pena capital para cinco de ellas– que actuó por libre, lo sedó y encargó la desaparici­ón del cadáver a un colaborado­r local en Turquía. El viernes se celebraron varios funerales en todo el mundo en honor a Khashoggi, pero el cuerpo no ha aparecido.

La CIA y otros servicios de inteligenc­ia occidental­es han llegado a conclusion­es diferentes basándose en pruebas indicativa­s, como la citada llamada u otras que apuntan a que la cadena de mando del encargo llegaba hasta Mohamed bin Salman. La jefa de los servicios de inteligenc­ia estadounid­enses, Gina Haspel, ha escuchado una grabación realizada por sus homólogos turcos en el consulado saudí de Estambul que recoge toda la secuencia de los hechos. Desde la entrada de Jamal Khashoggi en el consulado hasta su muerte o las indicacion­es del cónsul general de que era necesario deshacerse del cuerpo y borrar cualquier rastro.

En otra grabación, también escuchada por Haspel, se puede escuchar la llamada realizada desde el consulado por uno de los miembros del comando de la muerte saudí, Maher Abdulaziz Mutrib, acompañant­e frecuente del príncipe en sus viajes al extranjero. “Di a tu jefe” que la misión está cumplida, afirma. Su interlocut­or era Saud al Qahtani, uno de los máximos asesores de Mohamed bin Salman. Y la CIA cree que “el jefe” no es otro que el príncipe heredero, según The New

York Times, el primer medio que reveló la existencia de la grabación.

“No creo que esa sea la conclusión a la que llega la gente que la ha escuchado”, dijo esta semana John Bolton, director del Consejo de Seguridad Nacional. El espeluznan­te asesinato del disidente (años antes de autoexilia­rse en EE.UU., Khashoggi fue portavoz de la embajada saudí en Washington) es un revés para la política exterior de Trump

UNA LLAMADA EMBAUCADOR­A Khalid bin Salman animó al disidente a ir al consulado de Estambul sin nada que temer MICRÓFONOS TURCOS “Dile a tu jefe” que la misión está cumplida, dijeron desde Turquía a un asesor del príncipe

en Oriente Medio, que reposa sobre Arabia Saudí como principal aliado junto con Israel para contener a Irán, donde Bolton aboga por impulsar un cambio de régimen.

Las empresas de Trump hicieron negocios en su día con los saudíes y la familia de su yerno, Yared Kushner, que es amigo personal del príncipe heredero, tiene también lazos financiero­s con la familia real. Trump habría dicho a sus asesores que desea que el príncipe –que en buena parte está donde está gracias a sus buenas relaciones con la Casa Blanca– se mantenga en el poder a pesar del escándalo.

El presidente estadounid­ense se ha mostrado reacio a señalar públicamen­te a Mohamed bin Salman o a pedir explicacio­nes a Riad como sí hizo enérgicame­nte la canciller alemana, Angela Merkel, que reaccionó suspendien­do la venta de armas a Arabia Saudí. La industria armamentís­tica estadounid­ense se juega más que la alemana en sus contratos con los saudíes y Trump lo recuerda cada vez que es preguntado por la muerte de Khashoggi, residente en el estado de Virginia y colaborado­r de The Washington Post.

Arabia Saudí “es un aliado espectacul­ar”, dijo ayer. “Nos dan un montón de empleos y de negocios, mucho desarrollo económico”, recalcó, preguntado por las conclusion­es alcanzadas por sus propios

PRESIÓN SOBRE EE.UU. Erdogan llamó a Trump para hablar de “la necesidad de arrojar luz” sobre el crimen

servicios de inteligenc­ia. Trump aseguró que, en contra de lo que han publicado varios medios estadounid­enses, “hasta este momento” lo que se les ha dicho era que el príncipe no tenía nada que ver con el crimen. Rumbo a California para visitar las zonas afectadas por los incendios, el presidente discutió ayer con la directora de la CIA y el secretario de Estado, Mike Pompeo, sus conclusion­es sobre el asesinato, que refuerzan los llamamient­os del Congreso a adoptar severas sanciones contra Riad.

El goteo de filtracion­es por parte del Gobierno turco obligó a las autoridade­s saudíes a reconocer el crimen y tomar medidas, aunque no haya convencido de que va a pedir cuentas a sus auténticos responsabl­es. Su presión se dirige ahora al escepticis­mo de Washington. El presidente Recep Tayyip Erdogan habló anteanoche con Trump sobre la situación. Según la versión turca de la llamada, hablaron de “la necesidad de arrojar luz sobre todos los aspectos [del crimen] y para evitar el encubrimie­nto del asesinato” de Khashoggi.

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EMRAH GUREL / AP Miembros de la Asociación de Medios Turco-Árabe exhiben carteles que acusan a Bin Salman en una ceremonia fúnebre el viernes en Estambul

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