Los graves de Vinogradov
El bajo ruso Alexander Vinogradov (42) puso a prueba ayer la acústica de la catedral de Barcelona durante su actuación en el emotivo acto litúrgico en memoria de Montserrat Caballé. Amplificado por la nave, su registro grave en el Réquiem de Verdi conmovió a la gente que había acudido a la ceremonia, hasta el punto que al finalizar la actuación el cantante moscovita tuvo que encajar las felicitaciones de algunos asistentes, cosa que intentó hacer de la manera más discreta posible mientras autoridades y artistas seguían dando el pésame a la familia. “Me alegro de haber venido”, le dijo a la directora artística del Liceu, Christina Scheppelmann, quien le arrancó momentáneamente de la Carmen que está haciendo en el Covent Garden. Se le había escuchado ya este verano en Peralada, en el mismo Réquiem que el festival dedicó a Carmen Mateu. Pero en la catedral de Barcelona, su voz –como las de los coros masculinos del Liceu y la Polifònica de Puig-Reig– tomó un dimensión cósmica... “Gracias, gracias. Conocí a Caballé cuando yo tenía 19 años...”.