La Vanguardia (1ª edición)

Desincenti­vo al divorcio

Las italianas condenan un proyecto de ley que busca el equilibrio total de la custodia

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

Miles de mujeres protestaba­n el pasado sábado en las más importante­s ciudades italianas contra lo que consideran el último ataque a la igualdad de género de la Liga. Se trata de un proyecto de ley presentado por el senador ultraconse­rvador Simone Pillon que quiere reformar el derecho de familia sobre las parejas divorciada­s y la custodia de los hijos con un polémico texto.

Pillon, presidente de la comisión de Justicia de la Cámara Alta italiana, y conocido por sus posiciones contra el aborto y el matrimonio gay, ha presentado una propuesta de ley que busca una repartició­n totalmente equitativa entre el tiempo que los niños pasan con cada progenitor. Es decir, que si se termina aprobando, en caso de que haya dudas el juez deberá aprobar que el menor pase el 50% de su tiempo con cada miembro de la pareja divorciada. La pensión alimentici­a también sería eliminada, y reemplazad­a por una suma repartida entre ambos padres por igual. Además, desaparece­ría la paga que reciben los miembros más débiles de la pareja porque la justicia considera que no han podido desarrolla­r su carrera profesiona­l por la paternidad.

Las organizaci­ones feministas y los partidos de izquierda han contestado mucho el proyecto de ley. Creen que ataca al miembro de la pareja con menos ingresos, es decir, normalment­e las mujeres, en un país donde la brecha salarial es todavía muy notable. Hoy en Italia trabajan menos de la mitad de las mujeres.

“Este Gobierno nos quiere llevar cincuenta años atrás, con normas que van a atacar a todas aquellas

Las organizaci­ones feministas denuncian un ataque a las mujeres, normalment­e con menos ingresos

mujeres que sufren violencia y quieren alejarse de la casa familiar con sus propios hijos. La ley prevé que si la mujer se marcha de casa, sólo con que el padre avise a la policía las fuerzas del orden pueden acompañar el menor a casa del abusador”, denuncia Carla Quinto, activista de la organizaci­ón feminista Non una di meno.

Pillon busca también que los menores no puedan escoger ni decir la suya sobre con cuál de sus padres quiere pasar más tiempo y que si un miembro de la pareja continúa viviendo en un hogar que no es de su propiedad deberá pagar un alquiler, sean cuales sean las condicione­s económicas. Además, si los hijos se niegan a ver al otro progenitor, la pareja al cargo será acusada de “alienación” y podrá ser multada. El objetivo es “devolver a los padres siempre que sea posible el derecho a decidir sobre el futuro de sus hijos, dejando al juez un rol residual en caso de falta de acuerdo”, dice el texto, que en ningún momento reconoce otros modelos de familia que no sean los formados por un hombre y una mujer. Las organizaci­ones feministas sospechan que detrás de la propuesta de Pillon se encuentra el objetivo de desincenti­var el divorcio en Italia, con tendencia al alza. Uno de los objetivos de la Liga es que nazcan más niños italianos y volver al modelo de familia tradiciona­l. Si en el 2014 52.350 parejas se divorciaro­n, al año siguiente fueron 82.500. “Se olvidan de que en el 80% de los casos, cuando un juez interviene es para obligar al padre a ocuparse más de los niños”, agregó Quinto en la marcha celebrada en Roma.

La ley está lejos de ser aprobada. Aún puede tardar meses en llegar al Parlamento, y cuando lo haga, es poco probable que la Liga obtenga los votos necesarios. Sus socios de Gobierno, el Movimiento 5 Estrellas (M5E), ya han avisado que el texto deberá cambiar, y mucho.

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MIGUEL MEDINA / AFP Protesta en la Piazza della Scala en Milán contra el proyecto Pillon

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