Conejo asustado

‘CUÉNTAME’. “Soy un conejo asustado, temo que mis hijos me digáis: ‘Este tío es un impostor’”, suelta Antonio Alcántara, sentado en el filo de la cama de una habitación de hospital, junto a su hijo Carlos, cocainómano, internado tras un accidente de coche. Antonio esnifa la cocaína del hijo ante sus propios ojos: “Quiero sentir lo mismo que tú...” No digo más. Ha sido uno de los mejores capítulos de Cuéntame, por el guion, por el montaje y, sobre todo, por la hondura interpretativa de todos sus actores. Espléndido arte popular. PREMIOS ONDAS. Esta semana se han entregado en el Gran Teatre del Liceu los premios Ondas, los más codiciados del panorama audiovisual en España. Me ha alegrado ver recoger su merecido caballito alado a algunos profesionales a los que admiro: Jordi Basté, radio con patas (¡en el escenario del Liceu –hay que tener valor, ¿quién da más?– se ha arrancado a canturrear sintonías históricas de programas de radio!); Julia Otero, siempre acogedora; Jesús Calleja, empatía con vértigos de precipicio; Oriol Pla, actor desde el tuétano; Sandra Sabatés, impertérrita ante el monzón Wyoming; Manolo García, artistazo a vuelo de águila; David Broncano, gamberro necesario: podría despellejarme y me haría reír... Un día, como siempre sucede, miraremos hacia atrás y nos diremos: “¡Qué buena época fue aquella!” Me adelanto: bendito sea el presente, que tanto talento y gracia nos regala. Y benditos el talento y la gracia de Juan Carlos Ortega, que irrumpió en el escenario a lomos de un caballo alado y presentó a solas y de pé a pá, entre risas y amor a la radio, la mejor gala de entrega de los Ondas que yo haya presenciado nunca. MILES DE OJOS. Hace muchos años, a modo de campaña promocional de sus informativos, un canal de televisión lanzó una consigna: tendremos miles de ojos, porque todos vosotros seréis nuestros ojos. El canal animaba al telespectador a convertirse en corresponsal ambulante, nos alentaba a envíar imágenes. Una buena idea que quedó en voluntarismo: había llegado demasiado pronto, no existían los teléfonos móviles. Hoy en día, sin necesidad de convocatorias pomposas, aquella idea es una práctica material y cotidiana. Lo he pensado viendo las emisiones del programa ¿Te lo vas a comer? (La Sexta, miércoles noche), de Aberto Chicote: ha sido muy eficaz su denuncia de la escasa calidad de los platos que algunos hospitales sirven a sus enfermos... a partir de fotos y vídeos remitidos por algunos de los propios pacientes internados en esos hospitales, o por el propio personal sanitario. Y asimismo en geriátricos, en chiringuitos de Eivissa, en fiestas populares... El control de calidad y seguridad alimentaria de España acabará siendo excelente si Alberto Chicote mantiene su programa en pantalla y nosotros nos animamos a enviarle cada día más testimonios de los maltratos que nos infligen algunas cocinas. Y gracias a la participación de todos nosotros, Alberto Chicote y su equipo cocinan con ese material audiovisual y mucha pericia un relato televisivo infinitamente más apetecible que los inquietantes platos que en ¿Te lo vas a comer? se denuncian. – @amelanovela

Bendigo el presente, que tanto talento y gracia nos regala, veo a Juan Carlos Ortega presentar una gala...