Una verdad con duende
Lugar y fecha: Festival de Jazz de Barcelona (Serie flamenca De Cajón!). Palau de la Música (16/XI/18) De verdad es el primer disco grabado por Tomatito junto a un cantaor desde la desaparición del Camarón de la Isla en 1992. Y lo ha hecho con un compañero de viaje de la talla de José Mercé, un artista que este año celebra el 50 aniversario de su debut discográfico y con el que se ha cruzado muchas veces en un escenario durante las últimas décadas. Bajo la idea de regresar a las esencias del flamenco tradicional, después de sus respectivas experiencias sinfónicas, de fusión con el jazz y de versionar canciones pop, el guitarrista almeriense y el cantaor jerezano presentaron su nuevo y flamante material en el Palau de la Música dentro de la Serie De Cajón del festival de jazz barcelonés. Era el primer concierto de una gira internacional que también pasará por el Royal Albert Hall londinense y el Olympia de París, y hubo que colgar el cartel de “no hay billetes”.
La sesión se abrió, a modo de prólogo, con un martinete entonado en solitario por Mercé, para dar paso a la interpretación de una rondeña, una alegría, una bulería y una rumba por parte de Tomatito, acompañado por los fantásticos coros de Kiki Cortiñas y Miguel Toleo, la guitarra de Cristóbal Santiago y la percusión de Luís Losada. Luego, y tras una malagueña interpretada a dúo por Mercé y Tomatito, el concierto se centró en los temas del disco, obra de Kiki Cortiñas (yerno de Tomatito), y que recorren prácticamente todos los palos flamencos.
Entre otras maravillas, nos regalaron una preciosa soleá por bulerías (Perdura la verdad) dedicada al mítico cantaor Juanito Mojama, para deslumbrarnos luego con unas fabulosas seguirillas (Mi Curro y Adonaya) a la antigua usanza, y con una magistral interpretación de Mercé, estruendosamente ovacionada por un público entregado. Ya con un violinista y un bajista completando el grupo, abordaron con mucha gracia una zambra (Lola) dedicada a Lola Flores, “genio entre los genios” en palabras de Mercé. Antes de redondear el concierto con unos bonitos tangos (Mundo de paz) y una rumba vibrante (Jerez), entre el entusiasmo de la afición que les obligó a bisar varias veces.
Aunque en algunos momentos se produjeran pequeños desajustes, lógicos dada la falta de rodaje, Mercé y Tomatito demostraron que la suya es una verdad con duende.