Festival danés en el Palau
Mortensen, con 9 goles, y Moller, con 11 paradas, guían la séptima victoria seguida
El gran danés se merendó ayer a los macedonios del Vardar en la séptima victoria consecutiva del Barça en la Champions. Si hoy Colonia está más cerca para los azulgrana –aunque quedan 6 partidos (con visitas al Kielce, Veszprém y Montpellier)– es gracias al partidazo que brindaron el portero Kevin Moller con 11 paradas (10 en la segunda parte) y el extremo Casper Mortensen con 9 goles. Los dos daneses fueron los artífices de un triunfo clave, que mantiene al Barça líder en solitario del grupo A y descuelga ya al Vardar a 4 puntos y el average.
Pese a contar con el respaldo de 3.864 aficionados en la mejor entrada de la temporada en el Palau, con unas gradas bulliciosas, al Barça esta vez le costó entrar en el partido. No por falta de espíritu, sino por la marcha de más con la que salió un Vardar que se jugaba quedarse descolgado de los primeros puestos. Apoyado en los misiles de Borozan, el equipo macedonio se adelantó peligrosamente (4-6) a los 12 minutos. Una prueba para la reacción azulgrana, que no se hizo esperar: 3-0 de parcial y 8-7, que el Vardar anuló con otro 0-2, contra el que Pascual replicó con la unidad B.
Es lo que tiene este Barça, calidad y amplitud de banquillo, que permiten al técnico cambiar a los 6 jugadores de campo de una tacada y mantener un ritmo elevado, o con una velocidad más. Así fue como los recién incorporados, con Entrerríos en la batuta, Sorhaindo en el pivote y los extremos Víctor Tomàs y Ariño dieron la vuelta otra vez al marcador con otro 3-0 (11-9).
Sin embargo, algo fallaba en el Barça que no podía consolidar los acelerones de genio: la defensa y la portería no estaban finas. Sobre todo un Gonzalo Pérez de Vargas inédito, que sólo llevaba una parada en 23 minutos. Pasqui lo sustituyó por Kevin Moller y el Barça encontró el aplomo que necesitaba para reaccionar otra vez con un 3-1 que le permitió irse al descanso por delante (16-15). Le tocaba serenarse y encontrar la vía de fuga definitiva.
La catapulta hacia la victoria la encontró en un inspirado Moller, que enlazó cinco paradas seguidas al inicio del segundo tiempo, en 9 minutos de ensueño en los que el Barça se desmelenó y clavó un soberbio 8-1 que le llevó a una máxima renta de +8 (24-16). Los blaugrana funcionaron como una maquinaria precisa, con la aportación estelar de Mortensen (4). El letal extremo danés, un gran acierto de fichaje, acabó de romper el partido con su velocidad a la contra ante un exhausto Vardar, justito de efectivos, que pagó el desgaste.
El Palau disfrutaba con el recital blaugrana, con la intensidad, la entrega y el espectáculo que ofrecían los jugadores de Pasqui. La grada, recuperando la sintonía de las grandes tardes, pasaba de vitorear a Moller o los 10 goles de máxima renta de Mortensen (28-18), a gritar “Llibertat, llibertat!” en el 17m14s o a corear el Brindis de la Traviata. Diversiones cuando el partido está liquidado a falta de 15 minutos.
UN CAMBIO DECISIVO Desde la entrada de Moller (26 m), el Barça asestó un brutal 11-2 en 13 minutos y se fue de 8 goles