Descubriendo
Qué oportunidades vendrán en el futuro? En su día, no hace muchos años, nos pasamos con las inversiones inmobiliarias. Lo inmobiliario es cíclico, sube y baja. Si te pasas sube un montón y luego cae otro montón, eso ocurrió, todavía nos acordamos, y de momento no nos pasamos. Es verdad que es más fácil de entender y llevar a cabo la compra de un piso en Barcelona que invertir lo mismo en un start-up digital en Silicon Valley.
El desarrollo de un mercado enorme como es el de China ha ofrecido muchas oportunidades. Cada día menos porque los emprendedores chinos saben aprovecharlas, pero también porque los emprendedores globales ya están allí y solos o con socios chinos han encontrado oportunidades transformándolas en empresas. También mucha gente ha entendido que internet puede facilitar ciertas compras, estudiar algunas cosas, seguir a pacientes con enfermedades crónicas y, aunque no es inmediato, pasar del cara a cara al cara a pantalla, los huecos están bastante ocupados y con largas colas de emprendedores esperando que el hueco crezca.
Mirando qué hacen mis exalumnos emprendedores, veo que cada día hay más que se interesan por África. Algunos ya tienen cosas por allí. Después de seguir África durante los últimos 10 años me atrevería a decir que se han puesto las pilas como un día hicieron muchos latinoamericanos y en los últimos veinte años los chinos se las han puesto y se las han ido cambiado para mantenerse en forma emprendedora. Irse a hacer negocios a África es más complicado que irse a China. África es un mosaico de países con idiomas, culturas, tamaños y oportunidades distintos. Pero hay antiguos alumnos que están construyendo por allí, o que actúan como inversores en proyectos de empresarios africanos. Buscaron la forma de conocerlos en entornos serios, algunos relacionados con exalumnos de la filial que mi escuela de China, Ceibs, tiene en Accra (Ghana) o con escuelas que Iese ha montado allí, como en Lagos (Nigeria), por ejemplo, que ofrecen garantía de seriedad, profesionalidad, aspiración internacional y cierta seguridad de que como miembros de un grupo unido de exalumnos, buscarán hacer las cosas muy bien.
Alguno se ha lanzado a proyectos más complejos como la minería y la logística que implica llevar minerales a puertos y de allí a Europa o a China. Pero algunos han simplemente trasladado allí sucursales de lo que hacen por aquí, unos concesionarios (el crecimiento de la venta de coches es importante en África), tiendas de productos de consumo, franquicias de marcas internacionales. El sector de la construcción va bien en África y esto implica desde la arquitectura hasta financiación de proyectos y unidades vendidas, pasando por materiales, transportes, instalaciones (eléctricas, de agua), equipos (ascensores, por ejemplo). Una vez conté en un hotel las marcas internacionales que había en el edificio, no creo que llegase a todas pero los sanitarios (eran Roca, por cierto), los ascensores (alemanes), la grifería y las cerraduras de las puertas (también alemanes), la caja de seguridad (americana), y me salían más de 30 marcas que alguien había llevado allí para construir el hotel y seguro que no las vi todas.
En África hay que mejorar la sanidad, faltan hospitales, la educación, faltan universidades. Los africanos emigran en condiciones deplorables y acaban trabajando en Europa. A medida que las cosas avancen en África y nuestros emprendedores aprovechen oportunidades allí, pasará como en China, el consumo tirará de la economía y creará puestos de trabajo, calidad de vida y negocios atractivos. Algo vemos ya en países como Marruecos, que mejora su calidad de vida y recupera emigrantes que se fueron desesperados y han regresado formados. En España podríamos tomarnos África más en serio como hicimos con Latinoamérica y no nos fue mal.