La tensión preside el inicio de la campaña andaluza
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Pedro Sánchez aseguró ayer en el mitin que compartió con Susana Díaz en Chiclana (Cádiz) que su proyecto político “es para años, no para meses”, lo que puede entenderse como un nuevo mensaje implícito de que no piensa adelantar las elecciones generales aunque no logre aprobar los presupuestos del Estado. “Quiero ganar una década para nuestros hijos y nuestros nietos, para transformar el país y poner final a las políticas injustas del PP”, dijo Sánchez. Y, ante este reto, pidió a los andaluces que le ayuden votando el 2 de diciembre a Díaz y dándole una amplia mayoría que active “el tren de las victorias socialistas” en las próximas citas con las urnas.
Sánchez y Díaz se encontraron en el que casi con toda seguridad será el único acto del presidente de Gobierno en la campaña andaluza. Fue en la única localidad de Cádiz cuyo alcalde le apoyó públicamente en las primarias para recuperar el liderazgo del PSOE, del que había sido expulsado por Díaz y un buen grupo de socialistas andaluces que ayer posaban felices junto a él.
En su intervención, el presidente del Gobierno exigió a Ciudadanos y PP que, “por sentido de Estado”, faciliten sacar adelante medidas recogidas en su plan de presupuestos generales para el año 2019, con especial referencia al incremento del salario mínimo interprofesional (SMI), que prometió subir “con su apoyo o sin su apoyo”. También les pidió que voten a favor de la reforma constitucional para acabar con el aforamiento de los diputados.
El presidente hizo algunos anuncios durante su intervención, como la puesta en marcha de un plan de empleo especial para jóvenes,y un registro de horas extraordinarias “para acabar con la explotación laboral en España”. También garantizó la revalorización de las pensiones “haya o no presupuestos” y se comprometió a una eterna reivindicación andaluza, igualar el porcentaje de inversión pública al peso de la población andaluza en España.
El líder socialista y Díaz coincidieron en el análisis de esta campaña. El PSOE es el único partido con propuestas y proyecto para Andalucía, mientras que la oposición sólo está pendiente de parar y bloquear el futuro de la comunidad. “Los socialistas sólo pensamos en Andalucía y una coalición de perdedores sólo piensa en cómo pararnos”, dijo Díaz. Para Sánchez, la derecha “no tiene proyecto para Andalucía porque tampoco lo tiene para España”.
Los dos presidentes socialistas animaron a militantes y simpatizantes a una gran movilización general frente a una derecha “que está rabiosa y, en esta situación, no tiene límites”, señaló Díaz. El mitin, celebrado en una pequeña bodega ante unos mil asistentes, se vio alterado por una señora que interrumpió el inicio de la intervención de Díaz con gritos y una pancarta donde se podía leer: “Susana corrupta. Voto nulo”. La mujer fue expulsada, pero el incidente afectó a la presidenta, que tardó tiempo en recomponerse.
El incidente sirvió a Díaz para atacar el “encanallamiento de la política” que lleva directamente “a la crispación”; una tesis en la que ahondó el presidente del Gobierno cuando indicó que “el abandono de la moderación por parte de Ciudadanos y el PP está llevando al aumento de la extrema derecha”.
Ferraz había anunciado que Sánchez participaría intensamente en la campaña andaluza, en la que se volcaría para ayudar a Díaz, pero los deseos se han estrellado con la realidad. El mitin de ayer será probablemente el único del presidente, ya que su asistencia programada el próximo domingo en Marbella está en el aire ante la cumbre extraordinaria europea sobre el Brexit.
La última encuesta conocida ayer señala que el PSOE ganaría con más de once puntos de ventaja sobre el segundo, el PP, que a su vez supera en casi tres puntos a Cs. Con el 33,5% de los votos, Díaz lograría entre 41 y 42 escaños (cinco o seis menos que en el 2015). La suma del PP y Cs se quedaría a entre tres y ocho de la mayoría absoluta.
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